Lo más paradójico tras las dos derrotas contra Las Palmas y el Leganés en Montjuïc es que el Barça sigue líder en la Liga. Y en la Champions ocupa el segundo lugar tras el Liverpool. No sé por cuanto tiempo ocupará estos puestos con aspiración al título pero si el hundimiento en picado desde la victoria contra el Español sigue al ritmo de este mes de diciembre no solo no conquistará ningún título sino que puede verse en el trance de mantenerse en Europa.
Si la crisis que se monta en torno al Barça cuando pierde dos partidos seguidos en casa parece que no tiene remedio, también cabe ponderar que el fútbol español y europeo han bajado en competitividad. Y no es cierto. El fútbol se ha socializado y son muchos los equipos que pueden amargarle una jornada o una temporada entera a los más grandes.
El Manchester City, el United, la Juventus, el Milan y Borusia Dortmund andan perdidos a mitad de tabla en sus competiciones respectivas. No hay jugadores decisivos como los Messi o los Ronaldo que ganaban por el solo hecho de saltar al césped.
Hansi Flick tiene su responsabilidad pero la indolencia de los jugadores en los dos últimos encuentros en Montjuïc, también. Ya no se ganan partidos jugando horizontalmente. Los tiempos han cambiado. Pep Guardiola también se disculpa por no hacerlo mejor. Pero en el caso del Barça hay que añadir la caótica gestión de la presidencia, su falta de contacto con los socios, la eliminación de la grada de animación y la opacidad de las cuentas que se aprueban en asambleas telemáticas.
El efecto mariposa puede muy bien tener sus efectos en un gran club que a estas alturas va primero pero la percepción es que, de seguir así, puede caer en el abismo antes de que se inaugure el nuevo Estadi. Hay tiempo para reaccionar.
Publicado en Mundo Deportivo el 17 de diciembre de 2024
Tenemos todo el tiempo del mundo.
Aixo nomes pot fer que millorar.