El 2025 se presenta tan incierto y tan imprevisible como todos los años
Es hora de hacer balance y predicciones. Un resumen del año 2024 es cuestión de ordenar los hechos y contarlos de manera que se entiendan. Hacer predicciones sobre el 2025 es otra cosa. Es conocida la anécdota del novelista del Misisipi, Mark Twain, a quien estando en Londres le llegó un télex que daba cuenta de que se había publicado su muerte.
Dejó pasar unas horas antes de remitir un telegrama de réplica en el que afirmaba que los rumores sobre su muerte habían sido muy exagerados. Lo que pueda ocurrir en el 2025 es ficción o fantasía. No se sabe. Las teorías las desmontan los hechos que se suceden de forma inopinada.
Los vaticinios suponen riesgos porque no tienen en cuenta los imponderables. Los estados de ánimo son cambiantes y en los vientos que soplan existen derivas autoritarias, también en sistemas libres.
Las democracias son muy frágiles pero capaces de rehacerse de situaciones insospechadas. En las memorias de Angela Merkel se evidencia que lo imposible se convirtió en una realidad. Una física de la RDA acabaría siendo la primera canciller de la República Federal de Alemania. Unos días antes de la caída del muro de Berlín le preguntaron a Mitterrand cuándo se produciría el derribo de lo que Reagan llamaba “la pared”. El presidente francés dijo que no sucedería en la siguiente generación. Ocurrió a la semana siguiente. ¿Quién predijo que Bashar el Asad perdería el poder dictatorial en Siria en pocas semanas y se encontraría confinado en algún lugar de Rusia?
Los vientos que soplan desde Washington ya son distintos antes de que Trump tome posesión. Pero cuidado con los mecanismos de autocorrección de la más sólida democracia del mundo. Estamos ahora en la fase de si el presidente electo podrá resistir el vendaval del hombre más rico del mundo, Elon Musk, que juega a cohetes, a intoxicar en las redes y a reordenar la próxima administración Trump, que sopla velas sin saber si se encenderán o apagarán.
Europa seguirá con sus dudas y sus rasguños internos. La fábrica del mundo será China y Rusia va a jugar al arte de la guerra matando a diestro y siniestro para recuperar un imperio perdido. Israel ganará las guerras con más armas y más talento, pero no obtendrá la paz. El 2025 se presenta tan incierto como todos los años.
Publicado en La Vanguardia el 2 de enero de 2025
Feliz 2025 para todos!
El Sr. Foix ha arrancado plasmando perfectamente y de una manera nitida… que no hay nada claro, que puede que si aunque tambien puede que no.
Y asi pasan los años y los siglos.
Per molts anys!!!