La fuerza de los parlamentos

Antonio Scurati sostiene en su ensayo Fascismo y Populismo que una de las sendas para eliminar las libertades es menospreciar el parlamentarismo

El primer paso del populismo de derechas o de izquierdas es cuestionar el parlamentarismo. Lo que equivale a despreciar la palabra, la discusión, la defensa de los intereses contrapuestos, los pactos entre distintos.

Un gobierno débil, sin mayoría sólida en las cámaras representativas, esquiva cuanto puede pasar por los debates que aprueban, frenan o interrumpen sus decisiones.

Antonio Scurati ha dedicado una monumental obra a estudiar la figura de Mussolini y el fascismo que fundó en Milán el 23 de marzo de 1919. Tras la marcha sobre Roma en 1922 y su ascenso al poder como Duce en 1925, transformó el régimen parlamentario y democrático en una dictadura. Usó la violencia física y verbal contra los discrepantes. Ahora Scurati acaba de publicar un breve ensayo, Fascismo y populismo, que explica la inquietante época en que vivimos.

La primera batalla fue anular los debates libres. Scurati señala cómo Mussolini desacreditó el Parlamento, “que se convirtió en una pérdida de tiempo, en la sede de la corrupción, de la degeneración patológica… de los privilegios de casta, en el centro de un inútil caos crónico”.

Los debates parlamentarios no son una pérdida de tiempo como insinuó la ministra portavoz, Pilar Alegría, al no comprometerse a presentar unos presupuestos tal como establece la Constitución. Presentarlos no quiere decir que se aprueben. Solo cuando no han sido aprobados está prevista su prórroga.

En estos tiempos en los que se habla de rearme, de prepararse para la guerra, de temores sobre ataques a medio plazo, es imprescindible que los gobiernos rindan cuentas en los parlamentos respectivos. Y para ello hacen falta líderes con principios que sepan convencer con su palabra y con la coherencia de sus decisiones a una mayoría de sus conciudadanos.

La guerra de agresión de un país totalitario desencadenada por la Rusia de Putin contra Europa, en tierras de Ucrania, no es una pelea lejana, sino un ataque directo a nuestro sistema de vida. Si Trump decide ponerse del lado de Putin, habrá que encontrar un gran consenso político y social europeo para defenderse. Los gobiernos no podrán actuar por su cuenta, ni alejados de Europa ni desconectados de sus conciudadanos. La unidad dentro de la pluralidad europea será imprescindible.

Publicado en La Vanguardia el 27 de marzo de 2025

  1 comentario por “La fuerza de los parlamentos

  1. Un no parar de reunirse toda esta troupe de gente guapa de sus europas. Abrazos, besitos, palmadas, risas, pose, micro, camara, rueda de prensa. Y luego los telenada nos los ponen del derecho y del reves pasando y posando entre guardias de honor en formacion… mientras acuerdan volverse a reunir para seguir en su naderia de lujo, postura y postin.
    No supieron entrever la envergadura de la pandemia, antes la del crash de 2008 y ahora nos vienen con el kit de supervivencia, la navaja suiza y el botellin de agua con el tapon bien amarradito que es lo unico que han sabido malparir.

    La fuerza de que?

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