Uno de los rasgos de comportamiento que ha impuesto Hansi Flick en el Barça es no protestar ni sacudir físicamente con desmesura al adversario. Es demasiado frecuente el pisotón intencionado en el pie del contrincante que vemos en tantos encuentros. Me sorprende la laxitud de los árbitros al no cortar con sanciones radicales cuando la violencia es utilizada para neutralizar a un contrario.
Lo de Mbappé disparando un puntapié a la pierna de Antonio Blanco del Alavés es una falta muy grave pero responde al endurecimiento del juego que se practica en el fútbol profesional. El Barça tiene ahora lesionados a Balde, Ter Stegen, Marc Bernal y Marc Casadó. En estos momentos en los que se deciden los tres títulos grandes a los que aspira no puede permitirse una enfermería tan concurrida.
Flick sabe administrar las rotaciones y los estados de ánimo de sus hombres. En este mes de abril se van a decidir los títulos de Copa con la final contra el Madrid en La Cartuja sevillana esperando el Clásico del 11 de mayo en Montjuïc que puede haber ya sentenciado la Liga. Los partidos no se ganan a patadas sino con talento, velocidad y preparación física.
La novedad de este Barça que divierte y que gana es haber introducido el poder blando que no es otro que el talento y el espíritu ganador con una normalidad absoluta que comporta el respeto debido al adversario.
A partir de esta noche en Dortmund ya no hay un partido fácil ni insignificante. Para conseguir títulos hay que ganar, marcar goles y espíritu de equipo. Y no enredarse en las habituales controversias mediáticas ni en los problemas de la Junta o las quejas a los árbitros. Lamine, Raphinha y Lewandowski no son Messi, Suárez y Neymar. Pero es lo que más se le parecen. Tienen capacidad para hacer historia de nuevo en el Barça.
Publicado en Mundo Deportivo el 15 de abril de 2025
Ya sabemos que el martes nuestro anfitrion le da al balompie y al Barça en particular, pero esta semana podia haber hecho una excepcion y hablar de los olores a tenis que tiene Barcelona, de la alcurnia, la exclusividad y el boato que impregnan todo el RCTB.
Saque y bolea, punto al «servicio».
Aunque no seria raro que el Sr. Foix haya estado en el village.
Chi lo sa!