Mientras la crisis financiera cabalga desbocada por el mundo no hay tiempo para analizar las causas y pedir las responsabilidades sobre las convulsiones económicas que nos van a afectar a todos. Es la hora de los parches, de las terapias de choque, de tapar las inmensas goteras de un tejado que permite el paso del agua discrecionalmente por todo el edificio.
No es tiempo para determinar responsabilidades sino para neutralizar los efectos de un huracán que se lleva por delante todo lo que encuentra a su paso. Al final de esta tormenta se analizarán las causas y los comportamientos de quienes pensaron que la globalización no tenía leyes ni límites y que el éxito del mercado tapaba cualquier actitud si comportaba beneficios, cuanto más abultados mejor.
El próximo presidente norteamericano, Obama o McCain, tendrá que ejercer de bombero para apagar el incendio y recuperar el liderazgo mundial que en estos momentos está muy deteriorado. El hecho que el capitalismo democrático tenga que ser rescatado por el Estado para evitar las consecuencias de sus desvaríos, es una contradicción en sus mismos términos.
Era lugar común entre los pensadores europeos políticamente correctos afirmar que el epicentro del problema era la permisividad del sistema norteamericano, el capitalismo sin freno autorizado por la administración más conservadora de los tiempos recientes. No voy a negar esta afirmación si se tiene en cuenta el liderazgo que ejerce Estados Unidos en el mundo occidental.
Pero la cruda realidad se está imponiendo también en Europa donde el Estado miraba hacia otra parte mientras el mundo de las finanzas actuaba al amparo de la globalización que no estaba ni está regulada. Este es el problema de fondo, también para Rusia y, a la larga, para India y China.
Lo que se está dilucidando en estos tiempos es cómo se van a reparar los desperfectos del sistema liberal capitalista que se ha venido abajo desde sus propias irresponsabilidades institucionales y personales. En el fondo se está dibujando el nuevo liderazgo del siglo XXI, no tanto en el campo de la economía y del poder político sino en el de las ideas de libertad y progreso que hasta hoy han sido patrimonio de Occidente.
La justicia se encargará de pedir las posibles responsabilidades penales de este fiasco. Pero las urnas van a pasar cuentas también con quienes han hecho la vista gorda ante lo que ocurría.
Esta crisis se esperaba, y se retraso, solo hay que fijarse que acontecimiento mundial podía haberse afectado, si estoy de acuerdo en que parte de los financieros no podían prever su magnitud….aunque si tenemos claro que la economía globalizada esta muy interrelacionada,
Hay otros economistas y sociólogos que si preveían esta magnitud. Hay bastantes libros que asi lo indican.
En todo caso lo mas preocupante es como se explica esta crisis a los jóvenes, la pedagogía económica esta fallando des de hace tiempo, los jóvenes pueden reaccionar de distinta forma, solo hay que pasearse por Internet….se argumentan posturas muy extemas…
Sr. Foix, Estoy totalmente de acuerdo con sus reflexiones, una parte de los problemas es la falta de regulación de los productos financieros y la otra parte una globalización económica no regulada, no hay instituciones con suficiente poder para ordenar el sistema, la globalización magnifica todos los beneficios del sistema pero también todos los problemas. Hay economistas como J.E. Stiglith, ( libro malestar de la globalización) el sociólogo A.Touraine (libro nuevo paradigma), y de Edgar Morin y Sami Nair (una política de civilización) nos advierten desde hacen una década de los escenarios futuros. Tuve la suerte de seguir las lecciones en el análisis de la nueva sociedad globalizada en la UOC
Ayer oí este mismo razonamiento: es hora de apagar el incendio, no de buscar quién prendió el fuego.
No estoy de acuerdo. Los bomberos deben apagar el incendio (por supuesto). Pero simultáneamente los técnicos en prevención deben estudiar porque fallaron los sistemas de detección primero y de extinción después, y los detectives deben investigar si hubo intención criminal. Y los inspectores deben dilucidar si por acción u omisión se ha incurrido en prevaricación o mala praxis. En la administración de un Estado hay gente para todas estas cosas y para muchas más.
Y cuanto más se tarde en reaccionar y en actuar más calcinadas estarán las pruebas y más diluidas las responsabilidades.
Lo que pasa es que no se esperaban esta gran debacle y ahora tienen que estar inventando pues no tienen un plan estructurado para nada, por eso las cosas siguen asi.
///ENRIC///
Igual no llegamos a las urnas.
Sr.Foix: No existen los experimentos en economía, hay básicamente principios económicos que acaban considerándose como leyes, leyes desarrolladas a lo largo de la historia y que han de respetarse, unas leyes económicas que siempre se rompen por el mismo sitio, que caen siempre por un imponderable, un intangible que no es otro que la avaricia humana.