Hay poco ruido una semana después de las elecciones. Se quiere formar gobierno y fijar posiciones. Mariano Rajoy ha ganado con más diputados de los previstos pero está lejos de poder formar gobierno. Las victorias amargas son esas. La izquierda ha quedado dividida y peleada. Pedro Sánchez es el líder de la oposición y Pablo Iglesias no ha conseguido el sorpasso que fue anticipado por el universo demoscópico y los tertulianos de toda condición.
No sé si se negocia a escondidas, en paradores desconocidos o en hoteles de tercera. Nadie puede estar orgulloso de los resultados del domingo pasado. Tendrá que imponerse una cierta modestia porque gobernar en solitario es imposible con lo que habrá que hablar, ceder, pactar y acordar.
La clave de la situación la tiene Pedro Sánchez. Su posición no es fácil. Ha perdido cinco diputados aunque es el principal partido de la oposición. Un experto y gato viejo de la política del país, no socialista, se puso el otro día el uniforme de Pedro Sánchez y dibujó el posible escenario en los próximos días. En una sobremesa hizo el discurso de investidura de Pedro Sánchez.
Dar apoyo al gobierno Rajoy a cambio de nada. Porque el país necesita un gobierno y acometer las reformas básicas que se necesita. Un discurso de responsabilidad, abierto, seguro. Dejando a Pablo Iglesias en su sitio, el tercer lugar, pero también diciéndole que el auténtico Pablo Iglesias fue el que fundó el PSOE hace precisamente 137 años, tantos como diputados tiene Rajoy.
Los socialistas han sido principales actores en la articulación política del país. También los que han gobernado más tiempo. Sánchez, seguía el improvisado discurso del político no socialista, debería ser la garantía de que el país funcionara. Su papel en Europa y en Estados Unidos sería muy valorado. Dos años de margen para controlar desde la oposición al gobierno. El discurso tendría que ser de tal envergadura que se pusiera de relieve que pocos, quizás ninguno, pueden repetir como ministros del Rajoy investido.
Este discurso sería discutido y mal visto por cuantos han hablado de sorpasso, de hundimiento de los socialistas, de un triunfo de Pablo Iglesias que iba a pisar los talones a Mariano Rajoy en las urnas. Pero sería la vía más racional para volver a ganar las elecciones.
La izquierda suele cuartearse. Pero si tiene un líder valiente, con coraje, con aspiraciones a estadista, suele ganarse el respeto. Un socialismo centrado, socialdemócrata de verdad, salvaría deslizarse por la pendiente que le puede llevar al precipicio si en vez de mirar cómo puede contribuir a la gobernabilidad del país se entretiene en discusiones inútiles con Podemos o se fía de la debilidad parlamentaria de Albert Rivera.
«si tiene un líder valiente, con coraje, con aspiraciones a estadista, suele ganarse el respeto. »
Sr Foix: …..lo tienen? existe? y no solo los socialistas, es que no lo veo en ningún partido….Que lástima de esfuerzos inútiles en buscar estratégias para sumar votos y desconocer o ignorar las necesidades reales que tenemos.
En toda esta campaña electoral no he visto que se hablase de las necesidades reales que tenemos Àfrica…
Viven en su nube,Bartolomé, sólo les importan nuestros votos…
BartoloméC, has dicho lo que siempre, todos los sensatos, tenemos en mente.
Sr.Foix: bajo mi personal punto de vista, Pedro Sánchez tiene un primer problema que resolver, que no es otro que la falta de conexión con su electorado de base…
Sr. Foix: Me siento neutral, es decir soy apolítico ó a favor de ningun partido político. Por ello, opino libremente que la gobernabilidad de España, pasa inevitablemente por las votaciones de la antigua Corona de Aragón y apurando más, la contribución de Cataluña a la gobernabilidad de España.
El problema empezo con la decisión negativa …del Tribunal Constitucional, ect. referente al Estatut de Cataluña. Ahora estamos encallados y los partidos políticos PP y PSOE, no pueden gobernar España, por mayoría absoluta.
¿ Están contentos …Vds. …PP Y PSOE, pues sin contar con Cataluña, España no está completa y bien gobernada ?
A buen entendedor…