La fragilidad política de Theresa May

Theresa May anunciando que formará gobierno con la ayuda de los unionistas nordirlandeses después de despachar con la Reina

La victoria de Theresa May en las elecciones anticipadas abre un camino de incertidumbre en Gran Bretaña. La primera ministra pidió un mandato para negociar el Brexit con fuerza y ha perdido la mayoría que había conseguido David Cameron en 2015, tiene menos escaños, menos votos y su posición es discutida en el Partido Conservador.

Ocho de sus ministros no han conseguido el acta de diputado en sus respectivos distritos. A pesar de los resultados inesperados, Theresa May ha alcanzado un acuerdo con los unionistas de Irlanda del Norte (DUP), el partido fundado por el radical Ian Paisley, para seguir gobernando. El nuevo gobierno se anunciará próximamente.

May no ha mencionado los resultados al regresar de la visita a la reina. El país necesita un periodo de certidumbre, ha dicho, y van a conseguirlo con el partido unionista de Irlanda del Norte que ha sido una extensión de los conservadores en versión irlandesa. Su figura aparece hoy más disminuida y obligada a pactar con un partido nacionalista radical de derechas que ha obtenido diez diputados.

La política respecto al Brexit seguirá tal como estaba previsto y en los plazos determinados. En diez días se reanudarán las negociaciones en Bruselas. Pero su fuerza ha quedado desfigurada. Tiene menos fuerza política que antes de convocar elecciones. El resultado ha sido un “hung parliament”, un parlamento colgado, en el que ningún partido puede formar gobierno por su cuenta.

Los laboristas de Jeremy Corbyn entraron desahuciados en la campaña. May consideró que adelantando elecciones les acabaría destruyendo y, además, conseguiría un respaldo masivo para conducir un Brexit duro. La estabilidad que pedía Theresa May se ha traducido en una inseguridad interna y en un debilitamiento cara a las negociaciones con Europa.

Los laboristas han resucitado y han conseguido 34 escaños más que en las últimas elecciones. Corbyn ha vuelto al radicalismo laborista de los años setenta y ochenta separándose de las terceras vías que dieron a Tony Blair tres victorias consecutivas. Los socialistas han ganado en Gales. Los obituarios sobre el laborismo han resultado prematuros. Corbyn hará incómoda la gestión de May que ha perdido estatura política.

El nacionalismo escocés ha perdido 21 escaños. En las últimas elecciones consiguieron 56 de los 59 diputados que Escocia envía a Westminster. Alex Salmond, ex líder del partido, no ha sido elegido. Los conservadores han conseguido doce escaños más en Escocia y los laboristas otros seis. El anuncio de un segundo referéndum como consecuencia del Brexit no ha sido compartido mayoritariamente por el electorado escocés.

Ukip no ha conseguido representación y su causa a favor del Brexit duro es más incierta que antes de las elecciones. Su líder ha dimitido. Desde la Unión Europea se contempla con asombro lo que ha ocurrido en Gran Bretaña. El presidente Macron piensa que no va a cambiar la posición europea respecto a la decisión británica. El hecho de que sea un gobierno frágil el que negocie no cambia las posiciones de Bruselas. El Brexit seguirá su curso con las condiciones establecidas en el artículo 50 del Tratado que May activó en el mes de marzo.

Muchos primeros ministros británicos, desde Harold Macmillan hasta David Cameron, se han estrellado en Europa. Theresa May parece que será víctima de la misma siniestralidad. Puede que no dimita pero su mandato será breve. La política europea británica no ha sido nunca sincera. Se pensó que podía cambiar constantemente de aliados para preservar sus intereses, como había hecho desde la Paz de Westfalia. Tras cuarenta años de pertenencia a la UE ya no era posible maniobrar a su antojo. Planteó el Brexit con ideas populistas, nacionalistas y xenófobas. Lo ganó aunque el país salió dividido.

Theresa May quiso rematar la faena pidiendo una mayoría sólida. No la tiene porque se presentó como la heroína para salir de Europa por la puerta grande sin tener en cuenta que los británicos tienen, además, otras prioridades que pasan por la precariedad de sus vidas como consecuencia de la crisis.

Gran Bretaña entra en un periodo de inestabilidad que puede conducir a otras elecciones anticipadas. Todo empezó con la convocatoria de un referéndum por parte de David Cameron pensando que lo ganaría ampliamente. El Brexit ha dividido a los británicos y las elecciones de ayer han dejado un país perplejo y confuso.

 

  4 comentarios por “La fragilidad política de Theresa May

  1. La ineficiencia britanica es evidente y la calidad personal de sus politicos bajo minimos.
    Ahogados en su propia arrogancia.
    Una lastima, pero un pais en el que los vehiculos circulan al reves, no es fiable.

  2. El General De Gaulle els coneixeia força be. Va dir que mentres ell manés a França, Anglaterra no entraría a l´Unió Europea.

    Els anglesos diuen que ells no tenen aliats; tenen interesos.
    Penseu que la mateixa persona que per nosaltres es el PIRATA DRAKE pel anglesos es SIR FRANCIS.

    Jo aposto un € a que no es fará el Breixit.
    Posiblement m´equivoqui…….

  3. Sr. Foix : » La política europea británica, no ha sido nunca sincera. » … Desde la perfida Albión hasta los piratas bucaneros…

    Pero a pesar de todos los pesares me gustan los ingleses/ británicos e Inglaterra.

    Spain is different but England is also different.

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