La última milla de la temporada ha entregado dos títulos al Barça. La Liga y la Copa son trofeos relevantes y se consiguen como consecuencia de la continuidad y el esfuerzo. El domingo parecía que la Real Sociedad llegaría al Camp Nou para cerrar un campeonato sin haber perdido un encuentro. No será así. El tropiezo ante el Levante rozó la humillación ante una defensa que se convirtió en tierra de nadie.
La remontada tuvo su punto de épica pero el Levante jugó mejor y no se encontró ante un organizador como Messi que probablemente habría evitado lo que pudo ser un cataclismo de la penúltima jornada. Cuatro goles son mucho, pero cinco son más. Los sabios de la cosa extraen consecuencias de carácter inmediato sobre lo que ocurrió en el Ciutat de València. Que no. Que la temporada ha sido excelente e incluso con la derrota ante el Levante se alcanzó un récord que ya está en la historia de la Liga.
Pero no hay fotos fijas y mucho menos en el fútbol. Uno de los episodios más reconfortantes del año ha sido la elegante despedida de Iniesta, probablemente uno de los mejores jugadores de la historia. Es un récord de Iniesta y también del Barça. Su marcha obligará a Bartomeu y a Valverde a un replanteamiento del medio del campo y del sistema defensivo. La apuesta de Coutinho y Dembelé han sido caras y provocadas por el síndrome Neymar.
El brasileño está encontrando su lugar en el equipo, el “hat trick” del domingo lo demuestra, y el francés da síntomas de ganarse la titularidad pero es todavía prematuro. La presencia de un Messi integrador será el revulsivo indispensable para seguir ganando títulos. Pase lo que pase, la historia del Barça tendrá una larga secuencia que habrá que calificar como la era de Messi. En los próximos 40 días vamos a ver fútbol de calidad, de todos los continentes en los Mundiales de Rusia. Que nadie se precipite y antes de adquirir refuerzos hay que pensar en su adaptación futbolística al Barça.
Publicado en Mundo Deportivo el 15 de mayo de 2018
El Sr. Foix nos habla de un Messi integrador.
Un Messi para la politica catalana necesitamos tambien.
No se vislumbra,
Ser catalan y/o vivir en Catalunya se ha convertido en una actividad de trinchera, de exclusion del otro.