Son conocidas las discrepancias entre Jordi Pujol y Josep Lluís Núñez que dirigieron respectivamente Catalunya y el Barça durante más de veinte años. Saltaron juntos en el balcón de la plaza Sant Jaume cuando se conseguían títulos y, a la vez, expresaban sus diferencias en público y en privado sobre el papel del Barça en la sociedad catalana.
Núñez había llegado a la presidencia del club en 1978 y Pujol accedió a la Generalitat en 1980. Los dos fueron candidatos improbables, lo que en inglés se denomina dark horse, y los dos presidieron sus respectivas instituciones mucho mas tiempo que sus adversarios primigenios habrían podido sospechar.
Se miraron siempre de reojo, de cerca y de lejos, como velando armas y acotando sus respectivos territorios reales y simbólicos. Pujol quería dominar el Barça y Núñez no se dejaba. Cada candidato que se presentaba con el marchamo del poder convergente era derrotado por el empresario constructor que también, a su manera, dominaba las emociones y las pasiones de quienes le votaban, del célebre soci.
El pujolismo y el nuñismo constituyeron dos universos que se detestaban pero se toleraban con unas reglas de juego a veces ridículas pero muy reales. Recuerdo a Josep Tarradellas hacer broma sobre los dos personajes a los que no tenía una especial simpatía.
El hecho es que ayer, Jordi Pujol y Marta Ferrusola acudieron a los funerales que llenaron la iglesia de la Bonanova en la que se congregó lo más destacado de la sociedad civil de Barcelona. Pujol estuvo presente, supongo porque consideró que debía estar en la despedida del que había sido un hombre importante en la vida económica y deportiva del país.
No estaban ni el president de la Generalitat, Quim Torra, ni Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. No sé si su ausencia fue detectada por el numeroso público que abarrotaba el templo. Ni tampoco conozco si acudieron al velatorio el día anterior. Pero quienes valoramos los gestos de los que dirigen las instituciones en momentos en los que un ciudadano se marcha después de haber hecho tantas cosas, echamos en falta que ni la Generalitat ni el Ayuntamiento estuvieran representados en sus máximos niveles en el funeral.
Josep Lluís Núñez puede ser discutido, admirado o detestado. No hay biografía impoluta y todas contienen luces y sombras. Pero ignorar su figura en el momento de su despedida me parece una falta de sentido institucional al dejar de lado a una persona que ciertamente no encajaba en el mundo de Torra o de Colau pero que representaba también una parte nada despreciable de la sociedad barcelonesa y catalana.
Me pareció un síntoma más de la preocupante distinción entre catalanes partidarios o no del procés, entre buenos y malos, entre quienes tienen derecho o no a ser elevados a la categoría de buenos patriotas. Ya sé que en las dos lados de la plaza Sant Jaume están por otras cosas.
Publicado en La Vanguardia el 6 de diciembre de 2018
Temps de mediocritats i fanatismes, allunyats te tota lògica racional.
Ni el Sr. Torra ni la Sra. Colau, tenen clar quin es el seu paper institucional, quines són les seves obligacions i a qui representen.
Nadie es perfecto, no todos pueden ser educados, y comportarse como caballeros.
Sr.Foix: descanse en paz José Luis Núñez !!
MARTI, estic d´acord amb el que dius en el teu comentari.
Només un petit matis.
Eren aquets dos inspectors, amics de Pepe Borrell, els que s´oferien per ser sobornats.
Sr. Foix : Descanse en Paz…Josep Lluis Nuñez.
Mi respuesta es la misma que escribi en su artículo… » Un discurso nocivo, » … By Llluis Foix. 05/12/2018, porque creo que aunque no lo parezca, puede ayudar a definir las actuaciones, decisiones y el porque de las personas influyentes, en nuestra sociedad humana de Caines y de Abeles.
Sr. Foix crec que s’equivoca en recriminar que no anessin al funeral la alcaldesa i el president. Vostè ho justifica pel procés, però no aporta cap dada que ho acrediti. Potser és perquè el Sr. Nuñez va ser condemnat per suborn a inspectors d’Hisenda a més de dos anys de presó pel Tribunal Suprem. Que va ser un personatge rellevant pels barcelonistes i el país és innegable, però també és innegable que les màximes autoritats dels representants dels catalans i barcelonins no tinguin que retre honors a algú que va delinquir subornant a funcionaris. Compartirà amb mi que això no és l’exemple que volem transmetre a la societat?
El Sr. Foix con su ironia, esta vez creo que un poco triste, nos sugiere que posiblemente a un lado y otro de la plaça de Sant Jaume estarian en elevados metiers que les impidieron asistir al funeral de Jose Luis Nuñez (q.e.p.d)
Gente poco elegante, poco «barcelonina», gente de entendederas estrechas.
Nos merecemos otra cosa, pero no asoma nada ni nadie que nos devuelva la ilusion.
Tiempos de orfandad, de intemperie y de incertidumbre.
No son tiempos buenos
Buenos dias Luis,
Te escribo desde una Segarra dominada por «la boira».
Comparto 100% el contenido de tu escrito, personalmente SI encontre a faltar los lideres (o al menos representantes MUY significativos de Generalitat y Ayuntamiento); y me alegré mucho de ver al President Pujol y su esposa en La Bonanova para despedir al President Nuñez.
La discrepancia y el reconocimiento no son incompatibles, y desde la discrepancia y el reconocimiento es cuando se construyen «proyectos sociales» mas solidos que desde las «unanimidades»…, segun mi modesta opinion.
Y quiero recordar lo que me decia mi Padre cuando llegue a aolescente:
«Ya eres un hombre grande, pero para llegar a ser un Gran Hombre, lo conseguiras solo desde la generosidad y nunca desde la perversion y el engaño cortoplacista del egoismo».
Bon «acueducto» de este inicio de diciembre.
Brunet de Bellmunt
Magnífic consell del seu pare.