Es precipitado tocar el réquiem de Mozart con el Barça de cuerpo presente coincidiendo con la interinidad de la Junta Gestora de Carles Tusquets, la campaña electoral, los resultados mediocres en la Liga, el reto del PSG de Neymar en la Champions y en espera de la decisión de Leo Messi sobre su continuidad en el equipo, reventados todos los récords posibles.
Haga lo que haga, gracias Messi por haber contribuido principalmente a la era más prodigiosa de la historia del Barça, el equipo que más trofeos ha conseguido en este siglo XXI. Pero la vida sigue y ante las predicciones de los profetas de las desgracias quiero contraponer algunos aspectos positivos que el nuevo presidente estoy seguro que sabrá gestionar.
El primero es la autoridad de Ronald Koeman para recuperar el control del equipo que llevaba muchos meses en manos de los veteranos del vestuario. Es cierto que los resultados no le han acompañado como era de esperar pero ha optado por dar paso a los jóvenes que ofrecen calidad, velocidad, aliento y optimismo. El gol del uruguayo Ronald Araujo al Valencia es una muestra espectacular de ello.
Si se produjera la marcha de Messi sería complicado llenar el vacío que dejaría. Pero el Barça de Koeman ha puesto en danza, además, a Dest, Mingueza, Pedri y el lesionado Ansu Fati que son la continuidad para construir un nuevo proyecto ganador, optimista, que sustituya al triunfante ciclo que ahora vive sus horas crepusculares. El Barça es más fuerte que todos sus mitos históricos. Sigue.
Publicado en Mundo Deportivo el 22 de diciembre de 2020
RÈQUIEM PEL BARÇA
El rèquiem no acaba en un desastre. El Rèquiem de Mozart és profundament humà i esperançador. Aquests són els últims versets d’aquesta obra bellíssima i magistral:
“¡Que la llum eterna brilli per a ells, Senyor,
per sempre, entre els seus sants;
perquè ets misericordiós.
Dona’ls el repòs etern, Senyor,
i que la llum perpètua els il·lumini
per tota l’eternitat, entre els teus sants,
perquè ets misericordiós”.
Sr.Foix: renovarse o morir…