Las vacunas contra el miedo no estaban en los proyectos de los gobiernos ni en los de la industria farmacéutica global. Era la última de las previsiones porque los miedos los habíamos asumido en la literatura, el cine y las series televisivas que nos han retratado las atrocidades perpetradas en los tiempos antiguos y muy especialmente en el último siglo, posiblemente el más mortífero cuantitativamente de toda la historia humana.
Que de los 82 emperadores de Roma, 26 murieran asesinados mientras ejercían su cargo, mayormente por su guardia pretoriana o por algún colaborador que quería ocupar su puesto, lo han novelado de forma dramática desde Shakespeare en su Julio César hasta las Vidas paralelas de Plutarco. El miedo y la realidad han convivido de forma natural en los tiempos más brutales de la historia.
No solo eso sino que la humanidad ha realizado espléndidas obras de arte, ha prodigado críticas severas y se ha refugiado en el sentido del humor, sarcástico o divertido, siempre abundante, mientras unos se despellejaban contra otros.
No quiero restar importancia ni dramatismo a la pandemia que ha ocasionado más de un millón de muertos y que ahora vuelve con brotes igualmente letales a prácticamente todos los continentes. Lo que quiero señalar es que el siglo pasado fue mucho peor en el número de muertos y en los enfrentamientos de carácter ideológico, militarista y racista que dejaron huellas de odio que todavía se quieren explotar a pesar de haber transcurrido más de medio siglo de las grandes matanzas.
Las estimaciones más aproximadas a la realidad indican que murieron unos cien millones de personas en las guerras, las hambrunas, los campos de exterminio nazis, los gulags soviéticos, las matanzas camboyanas y las guerras civiles. Historiadores como Eric Hobsbawm o filósofos como Tzvetan Todorov se mueven en estas cifras. Fue ciertamente un siglo horroroso.
Leí hace años una traducción de la novela más importante escrita en checo, El buen soldado Svejk , una sátira inacabada del escritor Jaroslav Hasek, que escribió las andanzas de un soldado en el primer año de la Gran Guerra que se publicó en 1921 y que tuvo un extraordinario éxito de ventas en toda Europa. Todo el relato del buen soldado Svejk es un homenaje al absurdo de una guerra, la primera guerra de los pueblos, según calificó Churchill, que se peleaban para satisfacer las ambiciones personales de la Alemania prusiana y el orgullo herido de los franceses. Unos y otros, todos los jefes de los contendientes, enviaban miles de soldados a las trincheras para que fueran sacrificados para salvar la patria, el imperio o la nación. Qué horror.
Al menos se sabía, en los dos máximos enfrentamientos del siglo, que se luchaba contra otros hombres en nombre de ideas, intereses o ambiciones absurdas de dirigentes hinchados de soberbia.
La novedad del momento presente me parece que es doble. Por una parte, un virus desconocido e inesperado ha paralizado la actividad económica y ha reducido las relaciones sociales y familiares a límites insospechados. Esto se ha producido cuando pensábamos que estábamos a un clic de descubrir la piedra filosofal, con móviles que ya trabajan en la ultrarrapidez del G5 y con datos instantáneos al alcance de todos sobre cualquier tema y cualquier persona.
La otra novedad, por otra parte, es que no sabemos cuál es el final de esta pesadilla, sin tener a nadie con quien firmar un armisticio o hacer la paz de forma parcial o definitiva. Al otro lado hay un enemigo desconocido, invisible, que causa tanta destrucción como miedo personal y colectivo. Un miedo que se hace más soportable por los camiones hiperprotegidos que empiezan a repartir las vacunas que se administran con criterios más o menos homogéneos, según las indicaciones pactadas por los 27 estados miembros de la Unión Europea. Es justo reconocer, pienso, que el papel de la UE en la resolución del desgarro del Brexit y el suministro de vacunas ha sido una de las ventajas de cómo la unión de esfuerzos colectivos, voluntarios, pueden repercutir en el beneficio de todos.
No todos los tiempos pasados fueron mejores ni el futuro evitará los conflictos que han escrito páginas muy desgraciadas de la historia humana. Se puede abordar lo que venga desde el pesimismo y el miedo o desde el optimismo y la esperanza. Me inclino por lo segundo, no porque vaya a ser fácil o exento de crisis personales o colectivas, sino porque es la forma más inteligente para organizar la siempre difícil convivencia.
Cuando veo escrito en algunas paredes del país sentencias como “ni olvido ni perdón”, no puedo estar más en desacuerdo. La historia del mundo y la de Europa en particular han avanzado desde las premisas del olvido y el perdón porque arrastrar indefinidamente los agravios cometidos o recibidos desde la noche de los tiempos o de épocas más cercanas es tan inútil como innecesario. El futuro se inventa y traerá sus propias desgracias y sus momentos de gloria, que de todo habrá.
Publicado en La Vanguardia el 30 de diciembre de 2020
Sr. Foix y compañeros/as del blog : Todos sumados y respetuosos con el respeto a la dignidad del interlocutor.
Pienso que el miedo es innato y ancestral heredado desde que existe el mundo. Tenemos miedo a la oscuridad, a lo desconocido, al hambre, al sin modus vivendi, al sin techo, al sin afecto, al sin amor ó estimación, a las infecciones mortales, ect. ect.
Y tambien tenemos miedo al FACTOR HUMANO, ect.
Actualmente aun NO TENEMOS MIEDO, a INTERNET, y a la INTELIGENCIA ARTIFICIAL programada por el FACTOR HUMANO que la dirige INTERESADAMENTE MANIPULADORA.
Pero ese tambien llegaremos a TEMERLO PRESENTE en tiempos cercanos a venir.
Con gobiernos de DICTADURA e incluso con gobiernos de DEMOCRÁCIA.
Es cosa del CORPORTAMIENTO DEL FACTOR HUMANO. No hay remedio posible. Pues se repite generación tras generación.
» EL PODER CORROMPE «
Corrección de error de tecleado rapido.
En el último parrafo, donde dice … CORPORTAMIENTO … debe decir… COMPORTAMIENTO.
El perdón es liberador, miremos hacia delante todos juntos! Demos nuestra mano al débil, ayudémonos unos a otros, creemos vínculos de paz y no de discordia. Pongamos un poco de humildad y sencillez en nuestras vidas. Miremos el pesebre y aprendamos. Sólo portandonos bien garantizaremos nuestra alegría y nuestra paz. Hagamos un mundo más humano. Feliz 2021!
El 2021, sera un mejor año. Seguiremos leyendo y aprendiendo. Buen año pues para todos.
Sr.Foix: hoy en día la guardia pretoriana de muchos políticos también está en el origen de la caida de muchos de ellos… Le deseo FELIZ AÑO a Vd y a los compañeros del FoixBlog…
Que buen articulo Sr. Foix.
Al leer….enviar soldados a la muerte para salvar la Patria, el Imperio, la Nación. Para defender Ideas, Intereses, Ambiciones de dirigentes hinchados de soberbia.
Me quedado emocionado por un momento recordando antepasados de mi familia.
Enseguida recordé que al terminar milicias y entregar la pistola me prometí no seguir nunca ninguna idea política partidista.
Poco tiempo después, por vivencias personales también me dije para mi, No al Aborto y No a la Pena de Muerte.
El mio:
http://www.elinconformistadigital.com/2020/12/29/el-dia-de-la-vacuna-por-francesc-sanchez/
Buen 2021!
Quiero acabar el año siendo optimista. Creo que estamos al principio del final, en un diez meses, el virus sera história, de la cual podremos sacar muchas conclusiones. La rápidez en encontrar una vacuna.: Claves. El ARN mensajero y la Inteligencia artifical https://notistecnicas.blogspot.com/2020/12/la-rapidez-en-encontrar-una.html
haber desarrollado una o varias vacunas eficaces en menos de un año es todo un logro histórico. es cierto que algunas tecnologías ya se venían investigando desde varios años atrás, con lo cual había mucho trabajo previo realizado, pero eso no quita mérito al esfuerzo que se ha llevado a cabo este año para sacar vacunas en tiempo récord.
no obstante, el proceso de vacunación no está a la altura. si en españa no hay inmunidad de grupo en junio para salvar la temporada de turismo de verano, la economía del país, que depende mucho de ello, va a colapsar con consecuencias sociales imprevisibles. y no llevamos ritmo de vacunación para cumplir ese objetivo. habiendo ya vacunas, no hay excusas para poner todos los medios habidos y por haber para completar una vacunación masiva en tiempo récord. si hay que contratar a 15.000 enfermeros se contratan. si hay que disponer de nuevos puestos de vacunación para liberar a los caps, se preparan. el final en 10 meses no es aguantable por el país, sencillamente.
veo a europa en general muy ensimismada. buena parte de la población solo piensa en fiestas estos días, viéndose venir claramente ya la tercera ola. y las autoridades tomándose la vacunación con demasiada calma. en estados unidos y en uk han fallado estrepitosamente en la prevención y contención pero al menos para la vacunación creo que van a ponerse las pilas. aquí no lo veo.
Si tines razón por esto indico un plazo de 10 meses para llegar a cierta normalidad….pero hemos de tener en cuenta que somos «el 10 %» de Europa y nos tocara esta proporción de vacunas según se vayan produciendo.
Este artículo es un bálsamo curativo y excelente colofón, nota de página final, del 2020. Afirmo que es curativo por el inmenso poder de la incertidumbre cuando se aborda desde un espíritu sin rencor y positivo como el que derrocha LLuís Foix en este artículo. Gracias y ¡feliz 2021!