Putin sabe que una alteración de fronteras en Europa central provocaría un conflicto de consecuencias incalculables. Puede actuar militarmente porque considera que Occidente está en horas bajas y para ahuyentar la disidencia interna.
Rusia ha sido protagonista inevitable en las relaciones internacionales desde que Napoleón regresó derrotado y humillado de Moscú. Chaikovski lo dejó inmortalizado en su Obertura 1812 y Tolstói lo describió magistralmente en Guerra y paz. Es paradójico que el país más extenso de la tierra, con once franjas horarias desde el mar Negro hasta el Pacífico, esté tan preocupado por sus fronteras. Se atribuye a un ministro de la zarina Catalina la Grande la idea de que Rusia no estaría nunca segura hasta que a los dos lados de sus fronteras no hubiera soldados rusos.
La inmensidad territorial rusa pesa sobre el carácter, el orgullo y la seguridad de un pueblo que ha sido gobernado mayormente por autócratas y tiranos. Su gran extensión, de algún modo, es su debilidad. Hay dos hechos que merecen señalarse. El primero es que hasta antes de la Gran Guerra de 1914 los zares y zarinas habían conquistado territorios a sus vecinos a una media de ochenta kilómetros cuadrados diarios a lo largo de cuatro siglos. Y el segundo, a lo largo del siglo pasado, es el dominio político, militar e ideológico de la Europa del Este tras los pactos de Yalta y Potsdam al terminar la guerra contra Hitler. Su última aventura de control territorial se produjo con la invasión de Afganistán en 1979, que paradójicamente supuso el comienzo del fin del imperio zarista y soviético.
Es conocida la idea de Lenin de considerar el imperio de los Románov como la cárcel de los pueblos, una consideración que enseguida desestimó al poco de triunfar la revolución de octubre de 1917.
Putin no ha digerido ni ha aceptado el desmembramiento de las 14 repúblicas que el año 1991 consiguieron la independencia de la mano de las políticas de Mijaíl Gorbachov y Boris Yeltsin. No puede recuperar las repúblicas perdidas de hoy para mañana, pero sí que pretende recomponer las alianzas y las dependencias de todas ellas con Moscú. Bielorrusia y Kazajistán vuelven a estar en la órbita del Kremlin. Los territorios más inseguros son las tres repúblicas bálticas y muy especialmente Ucrania, que tiene una gran carga simbólica para Rusia. El primer gran imperio ruso y la primera forma de gobierno consolidada en Europa oriental fue el Rus de Kíev, que surgió en la capital ucrania a mediados del siglo IX. El escritor Gógol, un nacionalista ruso recalcitrante, situó los orígenes reales de Rusia en Kíev.
Los gobiernos y los estados mayores de Occidente conocen el componente sentimental y soberanista que Ucrania tiene para los rusos. ¿Por qué se oponen con tanta energía a que Putin mueva las fronteras en parte o en toda Ucrania? Pienso que es debido al temor de que el objetivo no sea solo Ucrania, sino la misma Europa, que no es combatida por su fuerza, sino por sus libertades y por sus hábitos democráticos por muy imperfectos e inestables que sean.
Putin sabe que una invasión de Ucrania no sería un paseo triunfal. Pero ha de ser consciente a la vez de que si hay un momento para lanzarse a esta aventura es este. Porque Joe Biden tiene detrás un país dividido que Donald Trump retiró del liderazgo mundial y porque Europa no puede obrar militarmente por su cuenta sin contar con el paraguas militar de Estados Unidos, principal socio de la OTAN. Si Putin cruza la frontera, tendrá una dura respuesta occidental económica y militar. Para Europa sería una catástrofe. Es urgente, por lo tanto, dialogar para evitar una guerra de graves consecuencias para todos.
Publicado en La Vanguardia el 26 de enero de 2022
L’explicat als meus amics de l’altre banda del toll d’aigua:
What Putin doesn’t want is to be left all alone, with no one between him and NATO. It’s cold out there…
The smart thing could be to offer Russia to join NATO. After all, the Russians also sail the North Atlantic, from above, even in winter from Polyarny.
The real problems are with China…
INDEPENDENTISME DES DE RÚSSIA A PUERTO RICO
1.- “Putin no ha digerit ni ha acceptat el desmembrament de les 14 repúbliques que l’any 1991 varen aconseguir la independència de la ma de les polítiques de Mijaíl Gorbachov i Borin Yeltsin”. Fins aquí el que escriu Lluís Foix.
2.- És a dir, la independència dels pobles no és un afer del segle XIX com els unionistes i annexionistes prediquen per oposar-se al dret d’autodeterminació dels pobles. Aquest dret està plenament vigent al 1991 i en ple segle XXI
3.- I de la immensa Rússia al petit Puerto Rico que, en plena crisi borbònica, es visitat per Felipe VI. Puerto Rico té 3,194 milions habitants, menys de la meitat de Catalunya, però és un estat. Un estat lliure associat als Estats Units d’Amèrica. El Comitè Especial de Descolonització de la ONU va aprovar (20 juny 2016) per consens una resolució que reafirma el dret inalienable del poble porto-riqueny a l’autodeterminació i a la independència. Aquesta resolució és d’obligat compliment, també pel règim espanyol.
4.- Felipe VI ha estat rebut i envoltat d’estelades a Puerto Rico. L’estelada catalana independentista neix de la fusió de les quatre barres de la mil·lenària bandera catalana amb un triangle estelat a l’esquerra que és un element inspirat en les banderes de Cuba i Puerto Rico que s’independitzen del règim imperial espanyol.
5.- Ah! Felipe VI ha reivindicat a Puerto Rico el “model espanyol” de «colonització» d’Amèrica. Val la pena algun comentari? Només un. Puerto Rico te present aquella colonització i no vol dependre del règim espanyol ni vol ser un estat lliure associat a Espanya.
Europa pactara, le interesa. Y si no saliese bien, como esta en «horas bajas» sabe que no le quedara otra que unirse fuertemente para combatir las amenazas. Hay que negociar cuando toca negociar y hay que ser fuertes cuando toca ser fuertes.
Apuntar que la disidencia interna, que haberla hayla, es un factor determinante para Putin para decidir que hacer en Ucrania es un apunte poco consistente Sr. Foix.
Unos y otros han salido a maniobrar un poquito, consumir provisiones i estirar las camas.
Tot plegat forma parte de este continuum de incertidumbre y kangelo planetario que tanto gusta y necesita el sistema para tenernos como locos almacenando paper de cul.
Putin teme a la belocusidad de EEUU.
Un misil atomico tarda 5 Minutos desde Ucrania.
La respuesta hacia EEUU tarda 20 minutos
Igual que la crisis del 62? En Cuba