En el ámbito mediático y político Vlodomar Zelenski está ganando por goleada a Vladimir Putin. El héroe contra el villano. El que resiste contra el que agrede. El presidente ucraniano se pasea por los parlamentos democráticos con discursos a medida de sus audiencias. Cita a Churchill en Inglaterra, al Holocausto en Israel, al Gernika en España, a las libertades en París. No son mítines improvisados ni electorales. Son peticiones desde la angustia de un país que vive horas dramáticas.
Es el político más valorado del mundo porque habla desde el sufrimiento y desde una posición de David contra Goliat. Las tenebrosas imágenes de la guerra en Ucrania le abren todas las puertas de la sensibilidad global. No parece que hay engaño en él. En su comparecencia de esta tarde en el Congreso español solo un diputado de la CUP no ha aplaudido sus palabras. Los cuperos son así, de ideas firmes y compactas, inamovibles, insensibles a cadáveres esparcidos por ciudades destruidas por órdenes de Putin.
Zelenski transmite autenticidad y respeto. Ha retado a una potencia militar muy superior a la ucraniana. El pueblo le ha seguido por patriotismo, convicción o por lo que sea. Me consta que hay bastantes ucranianos que no han respondido a la llamada del presidente y se han escapado a países vecinos para evitar enfrentarse con los soldados rusos. Pero se ha detenido al ejército de Putin en Kyiv y en otras ciudades.
Han obligado a los rusos a retirarse momentáneamente.
En su repliegue han cometido barbaridades propias de la bestialidad de la guerra. Putin aparece como el político obsesionado con la idea de recomponer un imperio que construyeron los zares y continuaron los bolcheviques. Lo que ha conseguido con la brutalidad de los ataques de estas cinco semanas es crear un atmósfera hostil en Ucrania contra Rusia que tardará años en apaciguarse.
Putin puede ganar esta guerra, echar y juzgar a Zelenski, instaurar un gobierno títere en Kyiv. Pero la voluntad y la estima de los ucranianos no la conseguirá. Más bien tendrá que soportar un movimiento de resistencia que durará tantos años cuantos ocupe un país que se siente soberano.
En cualquier caso, la batalla del relato la está ganando con inteligencia Zelenski desde lugares ignotos frente al complejo imperial del Kremlin donde reside el todopoderoso Putin. No se sabe desde donde opera Zelenski. Pero llega a todo el mundo. Putin, en cambio, no permite ni la cercanía de sus más inmediatos colaboradores. No debe dormir muy tranquilo.
Solo hay una verdad : Los bombardeadores volantes son los matarifes principales de la guerra y aquel que les envia, tambien.
Sigo en lo mismo : Somos INVEROSIMILES y ACTUAMOS CONTRA NATURA.
Soy consciente de que me repito, pero es la verdad.
Y la guerra sigue, las muertes tambien, el pagar la guerra tambien sigue y … visto desde fuera de la guerra,,,pues visto de TEVAS A MEVAS ( De tuyas a mias )
Somos asi de INVEROSIMILES mientras que ACTUAMOS CONTRA NATURA.