Factores externos planearon sobre el encuentro contra el Cádiz en el Camp Nou. El escándalo de las entradas del Eintracht Frankfurt, las comisiones millonarias que Gerard Piqué y Luis Rubiales consiguieron con la Supercopa en Arabia y las críticas que Laporta ha recibido tras haber gestionado irresponsablemente la presencia de más de treinta mil alemanes en el último partido europeo.
La grada de animación se ausentó del Estadi y se notó. El público, por el contrario, estuvo con el equipo a pesar del resultado adverso. Pero el hecho es que se fueron tres puntos del Camp Nou con un Cádiz que hizo un buen partido con un Ledesma que paró muchas disparos barcelonistas. La delantera blaugrana no acertó a aprovechar el dinamismo de Dembélé.
Se ha pasado de aspirar a ganar la Liga a tener que disputar con dificultades el segundo puesto de la competición. Xavi Hernández mostró su decepción por sucumbir ante un Cádiz que está en zona de descenso. Reconoció el fracaso y dijo estar “emprenyat”.
El equipo todavía está en construcción y no hay suficientes jugadores con talla para afrontar la próxima temporada con demasiado entusiasmo. El Barça sin Messi es una caricatura de aquel equipo vencedor en todas las competiciones.
El objetivo ahora se limita a conseguir el segundo puesto en la Liga. Es insuficiente y es un desastre. Los responsables son los jugadores, el propio entrenador y también el presidente. Quedan siete partidos para rectificar y diseñar la próxima temporada de manera más inteligente, más colegiada y más humilde.
Publicado en Mundo Deportivo el 19 de abril de 2022
Tot el camp es un clam.