Las autocracias han sustituido a las dictaduras cuyo concepto ha caído casi en desuso. Los autócratas han reemplazado a los dictadores. Pero son lo mismo. El retroceso de libertades se extiende también en las democracias más sólidas como la norteamericana que en el mandato de Donald Trump intentó subvertir el sistema electoral para negar la victoria de Joe Biden en 2020.
La autoridad gana adeptos también en el campo de la democracia representativa. En sus recuerdos de una vida centenaria, Edgar Morin escribe que “existen todos esos sistemas neo autoritarios que se han instalado no solamente en los márgenes de la Unión Europea, como Turquía y Rusia, sino también en países europeos como Hungría, Polonia y en cierto modo también Austria.
El distanciamiento entre la clase política y los ciudadanos ha creado fenómenos extremos que pretenden resolver los problemas con fórmulas simples y autoritarias. Si China, viene a ser el argumento, se va situando como gran potencia económica mundial con un régimen controlado por el partido comunista, sin libertades personales, sin democracia, quizás sea mejor el autoritarismo que un régimen de libertades.
La derecha extrema y la izquierda radical, dos fenómenos que cabalgan sobre el populismo, pretenden imponer modelos de forma vertical sin tener en cuenta la complejidad de las sociedades modernas, plurales, abiertas y multiculturales. Europa está curada de espantos pero somos conscientes que todas las barbaridades de nuestro pasado pueden repetirse.
Alemania, asegura Morin, está mejor preservada porque la memoria del nazismo tiene un peso muy grande social y políticamente. En Francia, la victoria de Macron ha frenado el paso a Marine Le Pen que ha obtenido el 45 por ciento de los votos. El peligro del autoritarismo existe y puede desfigurar las democracias en las que se ha instalado un neoliberalismo presidido por el dinero, los beneficios y una creciente desigualdad que se hará más patente como consecuencia del aumento del coste de la vida.
La propaganda siempre ha existido pero hoy más que nunca puede llegar a todos los sectores de la sociedad con impulsos aparentemente cándidos pero con profundas cargas autoritarias. Las democracias sobreviven a pesar de sus crisis inacabables porque aceptan la complejidad y la imperfección de las sociedades. Cuando en el siglo pasado se pretendió crear un pueblo puro o un hombre nuevo se acabó eliminando la libertad de las personas.
Yes Sir Lluis Foix. You are wright.
Para el segundo semestre de este año esta anunciado y ya hace años de la prediccion, un aumento generalizado de la violencia. Esto lo tiene estudiado el FMI y parece que vamos a ello.
El sistema necesita siempre una cierta violencia estructural que tenga a las masas entre entretenidas, precavidas y acobardadas. Estan en ello, pero el artefacto se les ha ido de las manos. Manos de gente loca, extraña y peligrosa como el anciano Borrell que aboga por armar y rearmar a la Union Europea o Biden, otro anciano que esta multiplicando la riqueza de los lobbys del armamento y la energia.
Aqui Sr. Foix la cosa no va de si son galgos o son podencos. la cosa va que nos vamos por el sumidero de la desigualdad y la miseria, mientras unos hablan de dolores menstruales y los otros de un referensum sobre las olimpiadas de la nieve (en polvo)
Solo una sociedad de cretinos en la que no cabe un tonto mas, puede «soportar» todo este sinsentido.
Y por si es poco, ahora Finlandia y Suecia, achuchando un poco mas hacia el desastre.