Ponerse líder con una victoria en el campo del Atlético de Madrid es una pequeña satisfacción para el barcelonismo. La historia de los dos equipos es un tejido de grandes ilusiones y venganzas mutuas. ¿Se acuerdan de aquel 18 de mayo de 2014 cuando el Atlético de Simeone ganó la Liga en el Camp Nou con un empate a un gol impidiendo que la conquistara el Barça de Tata Martino si hubiera ganado el último partido de la temporada? Los choques del Barça contra el Atlético son impredecibles, broncos y geniales. El mejor gol de Cruyff lo marcó contra el Atlético un 23 de diciembre de 1973. La victoria ajustada con un gol de Dembélé en el Metropolitano no pasará a la historia.
El Barça de Xavi tiene un mérito voluntarioso. Juega a ráfagas. Los veinte minutos primeros fueron excelentes pero tras marcar el gol no se sabía qué quería hacer. Si Pedri se emplea a fondo, el equipo responde. Gavi lo da todo. Pero Ansu Fati adolece de continuidad y en todo caso no está a la altura de Lewandowski. Busquets no tiene todavía un claro sustituto y su visión táctica es posiblemente el mayor activo del Barça.
La victoria se debe también a la defensa liderada por Araujo y a un Ter Stegen que neutralizó los disparos atléticos. Empieza el año con buen pie para ganar la Liga. Pero el equipo está todavía en construcción y le falta mucho para competir al máximo nivel.
El jueves se medirá con el Betis en Abu Dhabi en la semifinal de la Supercopa de España. Si pasa a la final el domingo se vería las caras contra el Valencia o el Real Madrid. No deja de ser anómalo inventar un trofeo innecesario en tierras tan lejanas, sólo por dinero.
Publicado en Mundo Deportivo el 10 de enero de 2023
Esto de la copa de españa en Abu Dhabi, tiene su cosa.
El petrodolar y la cara de ciment armat de tots plegats propician estas ofensas.
Es admirable la plasticidad de nuestro anfitrion que igual nos emociona con sus escritos como nos planta un relato como el de hoy.
La cosa tiene muchas pelotas.