Ganar tres Clásicos en un año no se había visto desde que Pep Guardiola lo consiguió contra el Madrid del problemático Mourinho el 2011. Fue en aquel año en el que el actual entrenador del Roma le metió el dedo en el ojo al malogrado Tito Vilanova, ayudante de Pep a la sazón, con un enigmático empleado del club, Francesc Satorra, contemplando imperturbable el incidente como si fuera un personaje del Greco.
Xavi Hernández lo ha vuelto a hacer y existe la posibilidad de que gane cuatro Clásicos consecutivos si bate a Ancelotti el 5 de abril en el Camp Nou. Xavi ha devuelto un cierto sosiego al Barça en tiempos turbulentos con acusaciones de haber entregado al ex vicepresidente de los árbitros más de siete millones, supuestamente, a cambio de nada. Si fuere así, sería inaceptable. Por esto es urgente que Laporta dé la versión oficial del llamado ‘caso Negreira’.
Mientras tanto, Xavi ha recosido el equipo después de la marcha de Messi y tras quedar fuera de Europa a las primeras de cambio. El valor de este Barça se mide por su capacidad de adaptación sacudiéndose modelos encorsetados que han envejecido. El fútbol no es una foto fija. Sospecho que incluso Guardiola, presente en la Llotja, estaría de acuerdo.
Sin Dembélé, sin Pedri y contra todas las terminales mediáticas madridistas, el Barça se ha situado a 12 puntos del equipo de Florentino, que excusó su presencia en el Camp Nou. Han señalado un enemigo a batir: el VAR. Es como ir contra la ley de la gravedad o contra las matemáticas pitagóricas. Xavi y su equipo sostienen a este Barça que pasa por tiempos convulsos.
Publicado en Mundo Deportivo el 21 de març de 2023