Una de las muchas consecuencias de la guerra de Putin contra Ucrania es el cambio de la política inmigratoria de Polonia y Hungría, los dos países que más muros físicos y mentales habían levantado contra cualquier tipo de migrantes no europeos. Es remarcable la generosidad de Polonia en acoger a más de un millón de ucranianos desde que empezó la guerra hace un año. Es un gesto que se debe también al pánico de los polacos a que, si Putin se anexiona Ucrania, ellos podrían ser otra vez víctimas del imperialismo de la Rusia eterna.
La acogida de ucranianos desplazados de su país por la guerra ha sido generalizada en Europa y América. Cuando acabe el conflicto, muchos regresarán para reconstruir sus poblaciones devastadas por las bombas de Putin y porque aquella es su tierra y allí está su cultura.
Pero otros se quedarán. Las guerras del siglo pasado desplazaron a más de veinte millones de europeos que cambiaron de país, de pasaporte y de profesión. Se establecieron donde pudieron. Muchos de los supervivientes del Holocausto fueron acogidos en América o se trasladaron a Israel, erigido como Estado en 1947.
Los movimientos migratorios han sido una constante de la humanidad desde la noche de los tiempos. Por eso no hay pueblos puros ni razas selectas, como se proclama en los discursos populistas y supremacistas que siguen vivos en sectores minoritarios pero muy ruidosos en la mayoría de los países de la vieja Europa.
El ejemplo de Canadá es paradigmático. El año pasado aumentó la población en un 2,7% y alcanzó la cifra de 40 millones de habitantes, la subida más fuerte en más de medio siglo. El aumento del censo en un millón se debió básicamente a la inmigración y a una política de acogida abierta a los que llegaban de cualquier parte, en su mayoría de América Latina, Afganistán y Ucrania.
El Gobierno canadiense necesita inmigrantes para ocupar un territorio veinte veces superior al de España. Pero también para mantener el ritmo de crecimiento demográfico y económico. Toronto compite con Chicago en todos los campos.
Los discursos xenófobos son peligrosamente reaccionarios y contrarios al progreso de los pueblos. El filósofo Habermas ha dicho que la Europa del futuro tendrá que contar con el otro aunque sea diferente.
Publicado en La Vanguardia el 24 de marzo de 2023
El gobierno canadiense necesita? No creo.
Que Canada necesita, si que me lo puedo creer.
La inmigracion no la necesita un gobierno, la puede necesitar o no, un pais, un estado, una nacion.
La saga de los Trudeau que gobiernan Canada a veces disimulando, son un ejemplo ellos mismos de mestizaje.
RACISME I SUPREMACISME LINGÜÍSTIC ESPANYOL
1.- “Els moviments migratoris han estat una constant de la humanitat des de la nit dels temps. Per això no hi ha pobles purs ni races selectes, com es proclama en els discursos populistes i supremacistes que segueixen vius en sectors minoritaris però molt sorollosos en la majoria dels països de la vella Europa”. Son paraules de Lluís Foix.
2.- Foix no ho diu però cal recordar i denunciar que hi ha un racisme populista i supremacista espanyol.”Raza” o “Espíritu de una raza” es una producció espanyola que sintetitza el ideari del “buen español” des de la perspectiva del règim del general dictador Francisco Franco. La pel·lícula va ser estrenada el 1941, dirigida per José Luis Sáenz de Heredia, a partir d’un argument de Jaime de Andrade, pseudònim sota el qual s’ocultava Franco.
3.- També cal recordar que el “Día de la Raza” es una de les denominacions del “12 de octubre”, dia en que es commemora el “descobriment d’Amèrica” (?) el 1492 per Cristobal Colon. A finals del segle XX, però, varen sorgir moviments que criticaven aquesta festivitat per considerar que es lloava el sotmetiment i la eliminació dels pobles indígenes i les seves cultures.
4.- El franquisme és un dels factors que configuren encara avui l’adn de la societat, la política i les institucions del règim espanyol. Fins i tot, la Constitució espanyola te un redactat en matèria lingüística que estableix la supremacia del castellà sobre les altres llengües com el català. L’article 3.1 proclama: “El castellano es la lengua española oficial del estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla i el derecho a usarla”.
5.- Tan es així que l’estat espanyol destina milions d’euros a la defensa i promoció del castellà arreu i menysprea les altres llengües com el català. El règim, sota la direcció de PSOE i PP, també obliga que els diputats i senadors s’expressin en castellà al Congrés i al Senat mentre que prohibeix emprar el català. L’argument dels partits espanyolistes és que tothom s’entén en castellà la qual cosa és ridícul quan al Parlament de la Unió Europea es parlen diversos idiomes que son compresos gràcies al sistema de traducció simultània. A més, en contraposició al Congrés i al Senat d’Espanya succeeix que al Parlament de Catalunya els diputats s’expressen en ambdues llengues.
5.- Un darrer apunt. L’exemple de Canadà es paradigmàtic, segons Foix. Es compagina la immigració amb una política d’acollida. La pregunta es aquesta: ¿quina política d’acollida poden realitzar les institucions nacionals catalanes quan depenen submisament del règim espanyol i Catalunya no és un estat?