El Barça de Xavi se juega su solvencia antes de Navidad. Hoy podrá sentenciar su paso a octavos de final de la Champions si vence al Porto en Montjuïc. Los dos próximos encuentros de Liga recibe al Atlético y al Girona. A la luz de los agónicos resultados desde la derrota ante el Madrid (1-2) el 28 de octubre el equipo de Xavi ha sufrido tres reveses: las lesiones de jugadores clave como Pedri, De Jong, Araujo, Lewandowski y ahora Gavi; un arbitraje que le ha perjudicado severamente como dos penaltis no sancionados ante el Rayo y el juego mediocre y desordenado que practica el equipo.
Recurrir a los errores de los árbitros es defensar el ‘fair play’ y los intereses del equipo pero también es propio de equipos perdedores.
En los años gloriosos de Messi hubo injusticias arbitrales pero el equipo pasaba por encima de ellos y lo ganaba todo. Ayer mismo se contabilizaban en MD siete puntos perdidos por decisiones más que discutibles del estamento arbitral. Nada está perdido pero si pincha con dos rivales directos en la Liga en las próximas dos semanas, el problema lo tendrá Xavi para seguir contando con el apoyo de la afición y el cheque en blanco de Laporta.
Pero será también una pesadilla para el presidente que ha prescindido de muchos colaboradores valiosos y gobierna el club como si fuese una empresa familiar sin contar para nada con la opinión de los socios. El poco espectáculo del equipo no genera entusiasmo a los veintitantos miles de seguidores con carnet que suben a la montaña cada día de partido. Este Barça en transición solo lo sustenta los resultados. Hoy puede ser un respiro si vence y convence ante el Porto.
Publicado en Mundo Deportivo el 28 de noviembre de 2023
Laporta puede firmar cheques en blanco impresos en papel elefante perque no hi ha ni un euro al calaix (del mes que un club)
De fet lo correcte seria que pel tema negreira el equip baixes a tercera regional i el Xavi Hernandez Creus anes de animador a Sancho de Avila.
I el Girona mes!
Después de todo el turbio «affaire»Negreira, el Barça no puede esperar ningún favor de los árbitros, no porque estén en su contra, sino porque, si un árbitro, en caso de duda, lo beneficia, quedará señalado como si se hubiese vendido.
Es lo que tiene jugar con fuego