Siempre hay una acción, un incidente o un detalle que tuerce el curso de la historia. El asesinato de los archiduques Sofía y Francisco Fernando por un joven serbo-bosnio, Gavrilo Princip, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, movilizó a Austria contra Serbia, Rusia situó a más de un millón de soldados en la frontera con Alemania que declaró la guerra a Rusia provocando que Francia y Gran Bretaña abrían el conflicto con Alemania. Europa entraba en la Gran Guerra, la más cruel y la más devastadora de cuantas se habían conocido en el continente.
En enero de 1917 el secretario de Exteriores del Imperio alemán cursaba un telegrama a su embajador en México proponiendo una alianza para atacar con submarinos a Estados Unidos. El telegrama de Arthur Zimmermann fue descifrado por los servicios de inteligencia británicos y enviado al presidente Woodrow Wilson que declaró la guerra a Alemania.
La chispa de la Segunda Guerra Mundial fue la invasión de Polonia por Hitler, lo que provocó que el primer ministro Chamberlain declararala guerra de Gran Bretaña a Alemania. Poco después de que las divisiones acorazadas nazis y soviéticas se comieran Polonia, según el acuerdo secreto entre Ribentrop y Molotov, Francia era invadida y Europa volvía a estar en guerra. El bombardeo japonés de la flota norteamericana de Pearl Harbour en diciembre de 1941 fue considerado una infamia y una traición por Roosevelt que declaró la guerra a Japón y a los cuatro días Hitler hacía lo mismo contra Estados Unidos.
El grave incidente de la flotilla con seis barcos cargados de alimentos y ayuda para los palestinos bloqueados en Gaza no reviste en principio la categoría de una chispa que pueda causar un gran conflicto. Pero al margen de la desproporcionada reacción del ejército israelí en aguas internacionales, causando la muerte de diez cooperantes, lo más inquietante para el gobierno de Jerusalén tiene que ser el giro espectacular de la posición de Turquía respecto en unos momentos en los que su posición estratégica en la región es de una gran fuerza.
No es casual que Turquía, junto a Brasil, hayan tomado una iniciativa propia para establecer un diálogo con el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, sobre el enriquecimiento de uranio y la posible construcción de una bomba nuclear en Irán.
Turquía es miembro de la OTAN y aliado preferente de Estados Unidos. La indignación en el mundo árabe ha forzado al presidente Mubarak a abrir la frontera egipcia con Gaza rompiendo así un pacto implícito con Israel.
El ataque a la flotilla ha airado a Turquía y Egipto. Siria e Irán están observando la situación y Obama no sabe cómo actuar. Han hecho bien los israelíes en soltar a los detenidos antes de que fuera demasiado tarde. El mundo no es bipolar ni unipolar. Es multipolar.
Artículo publicado en La Vanguardia el 3 de junio de 2010
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A Obama se le empiezan a acumular los problemas y lo peor es que los deja sin resolver, lo de BP le ha dejado mudo.
Sr.Foix: Al primer ministro turco Erdogan no le queda otra que posicionarse contra Israel, o eso o se lo comen en su país; el que está confuso es el presidente Obama, le empiezo a ver tan perdido como a su compañero de conjunción planetaria…
Hola Sr. Foix. Te tota la rao.
Hay que mimar a Turquía. Pues es un gran aliado. Por ser una zona geoestratégica y de paso de petroleoductos.
Lo de Israel y Palestina es un conflicto serio y muy grave para los dos. Y para todos.
El Sr. Foix nos recuerda con todo detalle todo un encadenado que llevo al mundo al mayor desastre conocido. Lo de ahora si se lo proponen podria tambien ser un domino tragico, pero con el utillaje actual no quedaria ni el Tato, por tanto es de esperar que a toda esta gente que dirige nominalmente el mundo actuen con pelin de cordura.
Por nuestra parte el tema turco lo tenemos en muy buenas manos ya que tenemos alli de embajador a Joan Clos y esto, amigos mios, es una garantia. O no?