Resulta que el problema no es el VAR sino el VOR. El videoarbitraje (VAR) fue un paso de gigante para minimizar los errores arbitrales cuando se empezó a utilizar en marzo de 2016. Es un preciso detector de errores que deberían liberar al árbitro de decisiones precipitadas, erróneas o injustas. El VAR actúa para corregir expulsiones, fueras de juego o penaltis. Pero lo importante es la sala VOR, situada en la ciudad del fútbol de Las Rozas de Madrid, donde tres ex profesionales reclaman la atención del árbitro para que revise algún trance del juego que no haya advertido. El diálogo entre las profundas voces que surgen de la sala VOR indicando al colegiado sobre lo que debe analizar se transmiten como si fueran piezas de contrabando. Detrás de la maravilla tecnológica del VAR está la sala VOR que analiza las jugadas según convenga.
Muchas decisiones de la sala VOR en los primeros cuatro partidos de Liga han sido presiones a los árbitros y no indicaciones para ayudarles a que tomaran una decisión justa. El VOR trata muy bien a Vinicius. El Barça no se queja porque el equipo de Flick ha superado con un gran juego a todos los adversarios. Hasta ahora. Pero, alerta, ¿quién vigila al vigilante?
Publicado en Mundo Deportivo el 3 de septiembre de 2024
madrid km 0 de las españas per tocar el vor_a_viu tambe.