Extraña situación política, militar y estratégica la que ha creado la resolución 1973 de las Naciones Unidas. No es una guerra. Tampoco una ocupación. Ningún soldado pisará tierra libia. El objetivo de la aviación y las flotas aliadas es detener a Gaddafi para que no cometa más atrocidades contra su propio pueblo. Con todos los medios necesarios, se especifica en la resolución.
Parece que aviones franceses y británicos han destruido columnas de tanques, centrales de radar, el sistema defensivo de los leales al coronel libio. No se exige que Gaddafi abandone el poder sino que deje de machacar a sus propios súbditos. Tres días después de empezar las operaciones, las tropas oficiales siguen con una actividad bélica sorprendente. Un avión norteamericano se estrelló en las arenas del desierto libio. Oficialmente, fue una avería técnica y los dos pilotos están sanos y salvos.
Hay confusión sobre lo que ocurre en tierra. Se cumple una vieja máxima de que las guerras no se ganan sin que las tropas ocupen el territorio. Entraron en Afganistán y en Iraq y todavía están allí. El presidente Obama repitió hasta tres veces que Gaddafi tenía que irse. Ahora ya no lo dice. Es más, lo que se desprende del discurso de la Casa Blanca es que Estados Unidos quiere ocupar un segundo plano en este conflicto. Obama ya tiene dos horas de reloj en sendas guerras y no quiere añadir otra.
En Europa reina también una confusión notable. Sarkozy se adelantó a anunciar la decisión de los aliados al tiempo que sus aviones ya habían golpeado unidades de artillería libias. Cameron anunciaba a su vez que los británicos estaban participando militarmente en los cielos de Libia. Zapatero acudió al Congreso para pedir la autorización cuando la ministra Chacón ya había dado órdenes de movimiento de barcos y aviones.
Los alemanes decidieron abstenerse en la votación y se han declarado neutros. El ministro de Exteriores ha recibido duras críticas de su antecesor en el cargo. Si Alemania quiere ser decisiva en Europa no puede ausentarse de una decisión que afect a directamente a los europeos.
Ahora resulta que no se sabe quién está al frente del castigo a Gaddafi. Francia no quiere perder su protagonismo y los británicos tampoco. Pero el debate es quién dirige las operaciones. ¿Es la OTAN o cada país va por su cuenta? No se sabe. En las muchas reuniones de alto nivel que se celebran cada día se está discutiendo quién debe estar al frente y, lo que es más inquietante, es cómo y cuándo se debe dar por terminada la ofensiva contra Gaddafi.
Un cierto síndrome de Suez de 1956, cuando británicos y franceses decidieron mandar sus flotas para desbloquear el canal bloqueado por Nasser y se encontraron con que el presidente Eisenhower se desentendía de la expedición. Fue un fracaso que hizo caer el gobierno Eden y causó una gran frustración en Francia.
Si Gaddafi sigue resistiendo a pesar de los bombardeos, se planteará una discusión entre los aliados. Italia pide que sea la OTAN. De lo contrario retirará el permiso de que sus puertos y aeropuertos sean utilizados como bases de partida y mantenimiento de las flotas y de los aviones nacionales. La Liga Árabe pidió la intervención pero a las pocas horas de empezar los bombardeos surgieron las dudas que, finalmente, han sido despejadas por el propio secretario general de la Liga.
Si esta operación no termina pronto, las divisiones entre los aliados serán cada día más aparentes. Se pidió que se actuara con rapidez. Se ha hecho. Pero una guerra no se empieza sin haber acotado los objetivos, los tiempos y, sobre todo, lo que viene después de la contienda. Nada de esto está previsto.
La idea de que un conflicto puede resolverse desde el aire o desde el mar sin autorizar la entrada de soldados es incierta por no decir peligrosa. Sería muy penoso ver que la falta de entendimiento entre los líderes diera pie a Gaddafi para que siguiera destruyendo posiciones de los opositores que, dicho sea de paso, no tienen ni medios ni estrategia para hacer frente al despótico coronel que sabe que la resistencia es la única salida que tiene a mano. Si las expediciones militares fracasan o no consiguen sus objetivos en términos razonables, serán las democracias las que pasen factura a sus propios dirigentes.
La ofensiva está legitimada por una resolución de las Naciones Unidas. Pero con esto no basta. ¡Cuántas resoluciones llevan años sin cumplirse! Obama lleva varios días sin hablar en público sobre Libia o Gaddafi. Sigue su gira por América Latina. Hillary Clinton está callada. Los europeos, que tanto hemos criticado cuando Estados Unidos lidera una operación militar de esta envergadura, no sabemos ni siquiera ponernos de acuerdo sobre quién debe ser el máximo responsable de los ataques.
Sr. Foix, una puntualización, lo el conflicto de Suez empezó cuando Nasser nacionalizó el Canal, intentando obtener ingresos para construir la gran presa de Assuam, e Israel -luego se ha sabido que de mutuo acuerdo con Francia y la Gran Bretaña- empezó a bombardear a Egipto. Gran Bretaña y Francia justificaron la guerra para que el Canal volviera a funcionar correctamente.
Apreciat Lluís,
Em sembla molt encertada l’evocació de Suez 1956, fets que recordo perfectament i que em varen impactar sobre tot per la sensació que vaig tenir de que la relació de forces del món occidental acabava de canviar bruscament, doncs de repent França i Gran Bretanya van passar de ser «grans potències» a «potències», un nivell per sota dels Estats Units i de la Unió Soviètica. Potser la diferència és que aleshores els Estats Units van desautoritzar explícitament el desembarcament dels europeus a Suez i ara es limita a fer palés que, quan ells no dirigeixen una operació militar, no hi ha qui s’entengui.
A rio revuelto ganancia de pescadores……..el rio anda revuelto…pero quienes son los pescadores?….o los pecadores???
No se puede tirar la piedra y esconder la mano….. o las malas intenciones. Buena Primavera. Josep
Sr. Foix : En su artículo Vd. se expresa con mucha claridad y clarividencia.
Pienso que la alianza ya ha hecho el ridículo al no actuar con un mando dirigente únificado.
No se exige que Gadafi abandone el poder sino que deje de machacar a sus propios subditos. ¿ Me pregunto como se come esto ? Pues Gadafi es como es y si no los machaca a bombazos y bombardeos lo hará a pie. Pués para esto tiene a sus mercenarios como en la Roma antigua. Y aún será peor.
Sin unión ni dirección la coalición de los aliados, con todo su potencial bélico, hace el ridículo frente al Mundo y a Gadafi.
Con su intervención han dado alas al pueblo libio y ahora aún pueden sufrir más. Si la coalición aliada de guerra no actua con una dirección y mando únicos. Pues Gadafí y su equipo de se darán cuenta y se crecerán.
Deduzco que la coalición de aliados no quiere cambiar nada y tampoco va a favor del pueblo desesperanzado. Solo quieren tapar la verguenza, el expediente y los compromisos que tienen adquiridos con Gadafi y Cia. adquiridos debido al petroleo y al Gas Natural.
La escusa es ayudar al pueblo. Con un Si pero No.
P.D. A propósito repito lo que ya dije en otro anterior Foixblog.
La coalición aliada por aire y por mar constituye una fuerza muy efectiva y contundente. Pero a pie y por tierras de Libia y con su sistema tribal es muy débil. Y fracasaría probablemente. De ahí la indecisión aliada.
Alemania en un ejercicio (mas) de sensatez se abstuvo. El girigay entre todos los estados europeos de la Union que han apoyado la intervencion no es de recibo. Y vamos a dejarnos de eufemismos, españa esta en guerra. Donde estan todos los progres de salon del no a la guerra?. Porque Libia y no Corea del Norte o China o Zimbawue?: porque somos unos chulos de barra de bar de mala muerte.
Sr.Foix: Discúlpeme, pero la cosa esta tan enrevesadamente liada y es tan rocambolesca, que no se extrañe si de un momento a otro aparece en escena José Luis Torrente, el brazo tonto de la ley, para liderar la coalición…