El presidente Johnson le dio el nombre de Great Society mientras que David Cameron la ha bautizado como Big Society. Se podría traducir de la misma manera con algún matiz, pero el significado semántico viene a ser el mismo. Lyndon Johnson intentó poner en marcha una serie de programas diseñados para reducir la pobreza y eliminar las injusticias raciales que comportaron un aumento considerable de los gastos del Estado para la educación, la sanidad, los transportes y los problemas urbanos. La ley de los Derechos Civiles de 1965 resumía el concepto y el contenido de la filosofía que había expuesto John K. Galbraith en La sociedad Opulenta y que John Kennedy intentó poner en práctica en su truncado mandato.
El papel del Estado en la sociedad lo impusieron los laboristas de Clement Attlee al terminar la guerra, lo cambió radicalmente Margaret Thatcher a partir de 1979 y tras el largo mandato de Blair, que hizo suyas muchas de las tesis de Thatcher, ha llegado David Cameron con la idea de adelgazar hasta donde sea posible la función pública que depende directamente del Estado.
Las tijeras recorren Europa con una severidad que deja en los huesos a muchas instituciones públicas. Thatcher sentenció que no existía la sociedad sino sólo los individuos. Cameron matizó en la campaña electoral que “la sociedad existe, pero es distinta del Estado”. El hecho es que ha entrado en una carrera de privatizaciones que irá desde la sanidad y la educación, a los transportes y otras empresas públicas. La Big Society de Cameron se resume en tres conceptos muy amplios que lo pueden abarcar todo: pluralismo, localismo y voluntarismo.
Fue en Inglaterra donde se implantó el Estado social del bienestar hace 70 años y es un gobierno de Londres el que envía al desguace el papel del Estado en la sociedad, en un movimiento pendular que está teniendo consecuencias en la Europa meridional, desde Portugal a Grecia pasando por España. Pero todo cambio brusco, tectónico, provoca reacciones contrapuestas. Este fin de semana lo hemos visto en las elecciones del estado federal de Baden- Württemberg y en las cantonales francesas. Merkel y Sarkozy han recibido un serio aviso. Se puede tensar la cuerda siempre y cuando no se rompa por la parte más sensible, que es la de los afectados que pasan factura en las urnas.
Publicado en La Vanguardia el 29-3-2011
Así tiene que ser. Nuestros impuestos han de revertir en beneficio de la sociedad. Si no…..malo.Un saludo Sr. Foix.
Sr.Foix: Hace tiempo que llegué a la conclusión, y la crisis me lo confirma cada día más, que se han creado dos clases sociales nuevas y únicas, ellos y nosotros…
Alguno se va a cortar los dedos con las tijeras. Pero el objetivo está claro: recortar prestaciones y que el que quiera (comer peces…) que se lo pague otra vez. Y adelgazar los servicios públicos (descapitalizarlos)para que sean más baratos y asequibles a los tiburones privados que los van a comprar para dar menos por más.
Eso lo harán si les dejamos. Los ingleses ya se lo han explicado a Cameron el viernes pasado entre Temple y Hyde Park. Y a la Merkel en B-W.
Y los demás, ¿no creéis que si los egipcios han echado a Mubarak a pedradas, nosotros no vamos a poder echar a estos chorizos a golpe de Twitter y algo de mala leche?
Venga, venga!
Las urnas pueden pasar factura, caeran unos y subiran otros, pero todos estan en la misma liga. Unos y otros nos han llevando al desastre y son ellos mismos los que ahora nos riñen, nos advierten, nos aleccionan, nos asustan y nos dicen que solo ellos nos podran salvar de la catastrofe y mientras nos van despojando de los ultimos dispositivos de un mal llamado estado del binestar que definitivamente ha petado. Cameron el neocon de turno ingles, ya distingue tal y como escribe el Sr. Foix que la sociedad es una cosa y el estado otra. Y si no pega, echale cola.
Son esencialmente malas personas que al ocupar cargos se convierten en individuos peligrosos para la comunidad.
Solucion? ni idea desde este sistema, pero desde luego la cuerda mas temprano que tarde, se rompera por la parte debil. Adivinen en que parte Vds. y yo.
Sr. Foix: Pienso que los Estado gastan demasiado y alegremente, porque la gobernanza dispone de dinero público que no lo ha sudado.
Luego existe la corrupción y el descontrol del gasto público.
Tampoco hay únidad fiscal internacional.
Tampoco se investiga el porque del silencio sobre los paraisos fiscales, ect.
Eh ahí los problemas: Codicia, Corrupción y silencio.