La revolución del Barça

Nunca lo pasaremos mejor y nunca el Barça será reconocido a la vez como un campeón y como una escuela de fútbol de excelencia. El gran duelo Messi-Neymar acabó con la siguiente declaración del brasileño: “Con el Barça hemos aprendido cómo se juega el fútbol”. El astro Pelé tiene que haberse avergonzado al haber proclamado que la estrella del Santos era mejor que el genial Messi. Cuánto pesan los viejos contenciosos entre brasileños y argentinos.

Xavi Hernández

Ganso, otro crack del Santos, aspira a jugar un partido con los del Barça. Quizás quien lo dijo de forma más plástica fue Xavi al afirmar que el problema de los jugadores de Guardiola era que no podían ver jugar al Barça porque no alcanzaban a visionar lo que están realmente haciendo con un fútbol líquido, imprevisto, con defensas que hacen de delanteros, con un bosque de pequeños humanos que marean al adversario en el centro del campo, con un Messi que te lo encuentras cerca de Valdés o al lado de Busquets o Cesc. Este estilo y esta escuela han llegado a los miles de socios y aficionados japoneses que siguen al Barça con la misma admiración que contemplan a Gaudí. Una niña japonesa respondió con un ¡Cuenca! cuando le preguntaron cuál era su ídolo del Barça.

La escuela y una cierta reinvención de cómo se puede jugar al fútbol es la gran aportación del Barça de Guardiola y del plantel de jugadores formados en La Masia, que siempre son mayoría en todas las competiciones y en las principales victorias y trofeos obtenidos. Entre el fútbol artesanal de Iniesta, Xavi, Cesc, Busquets, Puyol, Thiago y Messi se puede encontrar el estilo de Mourinho, que tiene más que ver con el rugby que con el fútbol. Son dos escuelas diferentes. La de Florentino está basada en el talonario y la de Rosell y Guardiola, en una revolución que está transformando el fútbol.

Publicado en El Mundo Deportivo el 20-12-2011

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