Me parece bien que el presidente Zapatero acuda a una cumbre en Caracas en compañía de los presidentes de Brasil, Colombia y Venezuela. Los intereses en común con esos países latinoamericanos son evidentes.
Pero no acierto a comprender que se presente como un objetivo importante del viaje una compra de armas a España por parte del presidente Chávez de Venezuela.
No lo entiendo porque de entrada me resulta difícil entender al presidente Chávez, un ex golpista, que ha trazado una red de intereses y complicidades con la dictadura de Fidel Castro en Cuba. Chávez ha dado un puntapié a las libertades de todos los venezolanos con una política populista que amparada por los sustanciosos ingresos del petróleo consigue la adhesión de amplias capas sociales.
No entiendo que un gobierno como el de Zapatero, que ha hecho del pacifismo una de sus señas de identidad, venda armas a un gobierno caudillista sin saber cuál va a ser su uso. El argumento de que esta venta de armas resolverá el problema laboral en los astilleros españoles lo encuentro frágil por no decir demagógico.