Que el presidente de la CEOE, la patronal de todos los empresarios españoles, sea conservador y de derechas es natural y hasta cierto punto irremediable. Pero que José María Cuevas, a estas alturas de la historia, habiendo sido elegido en el franquismo y sobrevivido a todos los gobiernos de la democracia, se suba al carro de la descalificación de aquellos empresarios que le molestan en función de su localización territorial me parece un despropósito.
Cuevas dió muestras de entar en la caverna y no precisamente la platónica. Imputar a Gas Natural de haber impulsado una Opa a la catalana, barata y con el viento a favor del gobierno, es un insulto a los catalanes. Si añade que «eso lo han hecho muy bien a lo largo de la historia» es un sarcasmo inaceptable.
Usted, señor Cuevas, representa a todos los empresarios españoles. También a los catalanes a los que se permite menospreciar adjudicándoles una codicia histórica. Yo le podría decir a usted que nunca ha sido un empresario. Que no es sino un funcionario que ha sido votado por los empresarios de verdad cuyas preocupaciones son que sus empresas prosperen, y no mantener una poltrona política.
Usted, señor Cuevas, es un separador, un irresponsable y un frívolo. No merece presidir una institución que un catalán precisamente, Carlos Ferrer Salat, empresario y muy trabajador, le dió un prestigio que usted no ha sabido conservar por mucho que le vayan eligiendo hasta el final de sus días.
Si yo fuera empresario le reprobaría. No merece ocupar este sillón.