Me parece muy positiva la posibilidad de pacificación en el País Vasco y en España como consecuencia de la tregua permanente declarada por ETA. Al final, habrá que negociar. Ahora, dentro de dos años o cuando pasen dos generaciones.
Lo que no me parece tan bien es la actitud de Batasuna, el tono que utilizan sus líderes, la idea de que son ellos, los que han matado, los héroes de una paz posible.
El gobierno que representa el Estado hará bien en buscar el fin de la violencia. El proceso será largo y laborioso. Con muchos sustos y zancadillas. Incluso con nuevos actos terroristas. Pero hay que intentarlo.
Me parece que no se puede dar la impresión de que los que han representado a los asesinos sean ahora los salvadores de la patria. El Estado puede ceder, puede ser generoso, puede pasar por alto muchas cosas. Pero no puede aparecer como culpable de nada, por muchos que sean los errores cometidos en el pasado.
Otra cosa. Si ETA, escindida o no, sigue cometiendo atentados y actos de terrorismo el gobierno no puede sentarse en una mesa de negociaciones ni Zapatero puede acudir al Congreso para informar sobre la apertura de un proceso de paz.