Francia se prepara para que las elecciones presidenciales tengan dos candidatos claros y definidos que representen a la derecha y a la izquierda.
La esquizofrenia política del presidente Chirac viene de treinta años de estar en las cumbres de la política francesa representando todos los papeles para mantenerse en el poder. Chirac es presidente gracias al voto masivo de la izquierda que se horrorizaba ante la posibilidad de que Le Pen se convirtiera en el primer presidente de extrema derecha.
Los socialistas encabezados por Jospin no consiguieron ni siquiera superar al Frente Nacional de Le Pen y quedaron fuera en la segunda vuelta. Chirac ha tenido que hacer tantos malabarismos, durante tantos años, que no se atreve a presentarse nuevamente para no ser humillado.
Su biógrafo más autorizado, Franz Olivier Giesbert, dice en su último retrato de Chirac, titulado «La Tragédie du President», que es difícil definir la política de Chirac en materia económica y social. Después de tantos papeles, de tantas intrigas, de tantas mentiras, ha llegado el momento de definir a Chirac como el “guardián del cementerio de Francia”.
Los libros críticos, casi de auto odio, escritos por franceses sobre su propio país son muchos y desde varios enfoques. Los que han salido de norteamericanos que han vivido en Francia durante un tiempo son casi insultantes, especialmente desde que Chirac, precisamente él, se vistió el uniforme de De Gaulle y se opuso a la guerra de Iraq propiciada por Bush y sus compañeros de viaje en Europa.
No es una casualidad que el candidato de la derecha francesa, Nicholas Sarkozy, no haya recibido el apoyo de Chirac quien todavía no ha dicho que no será candidato. Es tan complicada, tan francesa, la política que se fabrica en París que el presidente la Unión por un Movimiento Popular (UMP) , se desmarca del candidato Sarkozy que ha recibido el 98 por ciento de los votos de los militantes de ese partido.
Con la más que probable desaparición de Chirac como presidenciable, acaba el largo periodo dominado por François Mitterrand y Jacques Chirac.
Llega el duelo entre la derecha de Nicholas Sarkozy y la izquierda de Ségolène Royal. Dos personalidades, dos estilos y dos proyectos para redimir a los franceses de un pesimismo que me parece más virtual que real.
Sarkozy se presenta como un liberal de derechas pero muchos franceses entienden que es la encarnación estricta de la ley y el orden hasta el punto que ha sido definido como un “neoconservador americano con pasaporte francés”. Para disipar estos temores el propio Sarkozy dijo que había cambiado y que “el humanismo es una fuerza y no una debilidad”. Su discurso suena bien pero su carácter provoca reservas hasta el punto que alguien ha dicho que “necesitamos un presidente como Sarkozy pero sin Sarkozy”.
Su discurso sobre la integración de los inmigrantes está bien construido sobre los parámetros de los valores republicanos. Con mano dura cuando haga falta.
La candidata socialista, Ségolène Royal, va delante en las encuestas. Ganó las primarias de su partido por su frescura, por ser mujer y por bajar a la calle y hablar con franceses normales. Venció a los dinosaurios de su partido y pretende alcanzar la presidencia con un mensaje igualmente populista que el de Sarkozy pero con un planteamiento más trivial, más blairista, para llegar al Elíseo.
Sarkozy se ha declarado contrario sin ambajes al ingreso de Turquía en la Unión Europea. La socialista Royal no tiene opinión al respecto y ha declarado que dependerá de lo que piensen y digan los franceses. Son estos dos talantes, en una cuestión que divide a toda Francia, los que se sometarán a las urnas en la segunda vuelta del mes de mayo.
Montserrat Nebrera en lugar de Pique…?,bueno, es una opción que tiene muchas posibilidades de ser posible.
Lo único que no me gusta de Ségolène Royal es que sea la mujer del secretario del partido socialista, no acabo de ver la necesaria limpieza del proceso electoral en su partido, no me acaba de hacer el peso.
Dalmau/Barcelona.
Es cierto que el desempleo tiene esa otra vertiente que apunta Francesc, pero los jovenes que han estudiado una determinada carrera quieren optar por trabajar en aquello para lo que han sido preparados, los hay que abusan del Estado del Bienestar, que abusan de las subvenciones y se acostumbran a ello, pero los hay y son mayoria que sólo pretenden encauzar su profesión de la mejor manera posible, no comparto la idea de que tengan que ser castigados por intentarlo, no creo que el estado deba tomar represalias contra ellos por no darles las condiciones laborales que necesitan después de haberles preparado para una profesión en la que no tienen hueco laboral, traspasar la decisión final a las empresas puede ser una opción, pero el problema es de primera magnitud y aquí lo tenemos ya instalado.
PERE.-
…de un pesimismo que me parece más virtual que real…
Con toda prudencia, no comparto esta frase sacada del comentario del Sr. Foix.
Creo que el problema es real. Estuve recientemente en Francia y me costaba aceptar lo que me contaban: Jóvenes que no aceptan ciertos empleos, que prefieren hacer chapuzas y seguir cobrando del Estado y cosas parecidad. Los político, supeditados a las encuestas, quieren presentarlo todo placentero cuando la realidad indica que no se puede mantener por más tiempo ciertas actitudes políticas sobre el Estado del Bienestar. Se me podrá decir que en la actualidad la economía esta haciendo más ricos a los ricos y maas pobres a los pobres, pero esa no puede ser la justificación para realizar cambios estructurales.
Sarkozy y Royal van a suponer una ruptura en Francia de una forma de gobernar, de entender Francia, comparto la opinión de Bartolomé sobre el futuro de la juventud, son los grandes olvidados y el desempleo al que se ven abocados tanto en Francia como en España no augura nada bueno, es un problema que hay que abordar sin remisión, el futuro es de ellos y son nuestra esperanza.
PERE.-
Ya se trate de Sarko o Sego, se trata de dos candidatos formidables, en cuanto a preparación intelectual, proyecto político y sentido de estado. En general en Francia los políticos han leído mucho y escriben bien.
Me produce cierta envidia cuando lo comparo con las opciones, ya sea de izquierda o derecha, que tenemos en España o Catalunya.
Ephemera
Mal de muchos dicen que es consuelo de tontos. Nuestra situación laboral no es para tirar cohetes, pero los problemas que tiene Francia los acabaremos teniendo nosotros, son un buen espejo en el que mirarnos, el tema de la emigración y su integración lo acabaremos padeciendo igual, hemos tenido una masiva llegada de emigrantes y en menos tiempo del que han tenido los franceses.
El futuro es sin duda la mayor preocupación de nuestra sociedad y contar con personas que tengan una visión clara de los problemas es una prioridad absoluta, personas que tengan la capacidad de gestionar y preveer, de racionalizar la situación y adelantarse en los planteamientos, unas personas que puedan permitirse no tener los condicionamientos políticos al uso, algo que es imposible hoy por hoy encontrarlo entre el funcionariado de los partidos políticos.
J.Vilá.
Cualquier estudiante universitario español se cambiaría por uno de Francia, diez años sólo para encontrar un trabajo, que placer.
///ENRIC///
Son dos talantes distintos, pero el talento está por ver si lo tienen para sacar adelante la crisis en que lleva sumergida la sociedad francesa desde hace años.El problema del desempleo juvenil universitario es una de las piedras de toque, no tiene fácil solución y no creo que puedan abordarlo desde la demagógia tradicional.
Rajoy que Aznar
Creo que es mejor que gane Royal , se necesita un poco de aire en Europa , algo diferente , hay una enquistación politica que hace que todo sea mas de lo mismo y Royal es diferente . En el pp catalan tendria que ir Montserrat Nebrera de numero uno .Este tipo de cosas van bien , quieras que no "el tono" es importante no es lo mismo Rayol que Aznar , Rubalcaba que Guerra .
Sr.Foix: A mi modo de ver Francia se enfrenta a tres problemas de futuro, el primero es mantener el liderazgo tegnológico nuclear que le facilita una menor dependencia energética.El segundo, la integración social, laboral y humana definitiva de sus millones de emigrantes y el tercero y a mi entender más grave por olvidado, es el destinado a reducir el lastre del desempleo juvenil, la nueva legislación intenta librar al presupuesto galo del costo social generado por el alto número de graduados universitarios sin acceso al mercado laboral, mediante el traspaso de la decisión final a las empresas.
Según datos recientes y oficiales, el desempleo en Francia alcanza a la décima parte de la fuerza laboral, pero entre los menores de 25 años sus efectos implican al 22,8% de los jóvenes.Los universitarios demoran más de una década en encontrar un destino laboral equivalente a su calificación profesional.