Europa está de vacaciones. Las autopistas de Francia registran atascos de hasta mil kilómetros. Las gentes buscan el mar y se refugian en las montañas. Muchos andan pegados a su móvil para saber qué ocurre por el mundo. Viven la realidad a golpe de titular.
Cuando empezó la Gran Guerra ahora hace cien años el escritor austriaco Stephan Zweig se encontraba de vacaciones cerca del puerto belga de Ostende. Escribía que los “turistas se tumbaban en la playa junto a sus casetas de colores brillantes o se bañaban en el mar, los niños hacían volar cometas, los jóvenes bailaban frente a los cafés o en el paseo junto al muro del puerto”.
Todo el mundo se divertía amistosamente. Cuenta Margaret MacMillan en su gran libro sobre las causas que llevaron a la guerra de 1914 que en mayo del año anterior, en el breve interludio de las dos guerras balcánicas, los primos Jorge V de Inglaterra, Nicolás II de Rusia y Guillermo II de Alemania se reunían en Berlín para la boda de la única hija del kaiser.
Nada hacia presagiar que dentro de un año estarían los tres en guerra. Una guerra que nadie quería pero todo el mundo temía fatalmente. Se intentó frenar a Austria para que no declarara la guerra a Serbia después del atentado de Sarajevo del 28 de junio. Se presionó a Rusia para que no entrara en el conflicto en alianza con Francia y Gran Bretaña.
Lo que un puñado de hombres quiso evitar, ocurrió de forma calamitosa para toda Europa. Más de nueve millones de muertos. Nadie lo quería pero todo el mundo, la opinión pública europea también, se entregó a aquella carnicería humana con entusiasmo.
Los paralelismos no existen. Pero mientras los europeos descansan en las playas o caminan por las montañas, Rusia concentra a miles de soldados en la frontera con Ucrania. El presidente Obama está bombardeando el norte de Iraq para detener a los asesinos del Imperio Islámico que arrasan todo lo que encuentran a su paso.
Es cierto que Estados Unidos ha entrado en combate aéreo para salvar a las minorías kurdas, cristianas y otras denominaciones étnicas y religiosas de la furia de los fundamentalistas islámicos. Pero es cierto también que fue el presidente Bush quien decidió entrar en Iraq sin existir una causa que lo justificara.
En Gaza, se pasa de las treguas de unas horas a unos bombardeos despiadados. La violencia no puede engendrar más que violencia y se equivocan Hamas y Netanyahu si piensan que con la fuerza van a resolver un conflicto que empezó en 1967 cuando Israel ocupó lo que hoy es Gaza y Cisjordania sin dar una salida política a sus habitantes. Pueden ganar la batalla pero la guerra será larga y la última palabra no la tiene nadie.
Siria se burla de la democracia celebrando elecciones después de que el régimen aniquilara a más de cien mil personas. Erdogan gana las elecciones en Turquía y pretende convertirse en el amo del país.
Hay una inestabilidad incuestionable en este verano de 2014. Todo evolucionará pero nadie sabe hacia dónde. La historia no se repite. Pero no hay que olvidarla.
Sr. Foix : » Viven la realidad a golpe de titular. » Frase suya Sr. Foix.
Pero pienso que no es lo mismo vivir la realidad a golpe de titular,… que vivir la realidad poseyendo 500 millones de euros,… que vivir la realidad en paises donde soldados de la Republica Islàmica, desfilan vestidos de negro, con el rostro tapado y despues de haber asesinado cruelmente a todos los que piensan ó creen en otra religión.
Ó que vivir la realidad siendo bombardeado tipo terremoto en respuesta a el lanzamiento de misiles a donde otros también viven la realidad.
Ó que vivir la realidad del desamparo del paro, del sin ingresos, del sin vivienda, del pasar hambre y del sin esperanzas.
Se VIVEN muchas realidades.
Pero me pregunto: ¿ Quien provoca y nos conduce a estas graves y criminales acciones de destrucción física humana ?
Respuesta : La codicia ludópata de los amasadores de riqueza en millones y millones de euros y de poder omnipotente prevaricados por presuntos cohechados.
Es muy posible que esta realidad humana provoque unos desequilibrios económicos tan exagerados entre la humanidad, pues mientras varios millones de personas pasan hambre, en la calle y sin esperanzas…vemos que otros que se han agenciado millones y millones de euros y poder omnipotente viven como Ali Baba, van de Bar y de Cenas y no les pasa nada de nada.
Ni tampoco devuelven su dinero agenciado…que está bien situado en la Cueva Paradisiaca Fiscal, bien prevaricado por cohechados.
Lo dicho. Existen varias realidades y vivencias.
A ver que pasa yo salgo ahora concierto de jazz de David Pastor
http://www.jotdown.es/2013/04/david-pastor-un-musico-que-tenga-mucho-ego-es-muy-dificil-que-pueda-hacer-jazz/
Sr.Foix: entonces, como ahora, los ciudadanos somos los últimos en enterarnos de lo que va a pasar y los primeros en padecer lo que está pasando…
No hace falta que se repita. A mi me sobra con lo que hay, nuevo, formalmente original, aunque tenga raíces en lo de siempre.
Seguro que hoy día existen desquiciados o perversos que practican y fomentan la violencia en sus formas más agresivas.
Pero hace 100 años había muchos más. Incluso los había que no esperaban beneficios inmediatos o tangibles. Pero sobre todo unos Estados Mayores de los ejércitos de uno y otro lado, entenebrecidos por la idea de Clausewitz de continuar la política por otros medios y programando una metodología de la destrucción basada en fusiles de cinco tiros y cañonazos, que ya hacía 50 años que estaba obsoleta. Incluso usaban uniformes de colorines al principio. Pandilla de inútiles asesinos. «Pour Berlin»…»Nacht Paris»… Y encima empezaron una guerra que no supieron acabar si no hubiese sido por el virus H1N1 de la gripe…
Fue Edmund Burke, el político inglés aunque nacido en Irlanda del siglo XVIII, quien dijo aquello de que los pueblos que no conocen su historia se ven obligados a repetirla. La idea luego se la han atribuído a Winston Churchill, quien probablemente la utilizó alguna vez y, también, a George Santayana, un profesor de Harvard también americano pero nacido en Madrid. Pero probablemente unos y otros lo pudieron extraer de la 1ª Epístola de San Pablo a los Corintios, 10, 11, donde refiriéndose a la historia de Israel dice “Todo eso fue escrito para que lo conocierais y no cometieseis los mismos errores…”
Hay que conocer la historia…
No hace falta que se repita. A mi me sobra con lo que hay, nuevo, formalmente original, aunque tenga raíces en lo de siempre.
Srguro
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