Sigo con interés las campañas electorales en España y en Estados Unidos. Las diferencias son enormes porque también son distintas las dimensiones del poder que está en juego y muy discontinuas las tradiciones democráticas de los dos países.
Estados Unidos vivió el trauma de una guerra civil (1861-1865) entre unionistas y conferedados y desde la victoria de Abraham Lincoln, posteriormente asesinado, el país no ha conocido ni un solo golpe de estado ni una interrupción de sus procesos democráticos.
En España también conocemos la amargura de una guerra civil (1936-1939), precedida de revoluciones, golpes de estado, asonadas militares, destronamiento de monarquías y seguida de una larga dictadura que se prolongó hasta 1975 con la muerte de Franco. Es cierto que gozamos del sistema de libertades más largo de nuestra historia. Pero el pasado nos pesa y nos persigue, siempre atentos a aquel poema machadiano, cantado por Serrat:
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón
Ví en directo el último debate entre Obama y Clinton en Texas y me admiró la capacidad dialéctica del senador por Illinois. Obama habla bien, utiliza el lenguaje de los oradores políticos clásicos, a lo Churchill, De Gaulle y Roosevelt, hasta el punto que una de las acusaciones sutiles de la senadora Clinton ha sido la de calificarle de candidato de la palabra, una fotocopia del pensamiento y del lenguaje prestadas de sus speechwriters.
Obama le respondió que las palabras son muy importantes. Yo también lo pienso, sobre todo cuando un discurso sintoniza con el pensar y el sentir de amplios sectores de la sociedad americana que piden un cambio tras la muy deficiente gestión de los dos últimos mandatos de Bush. Si Obama fuera un charlatán de ferias no habría ganado las primarias demócratas celebradas en los últimos doce estados.
Al margen de que Solbes ganara a Pizarro en el último debate, me pareció un choque dialéctico civilizado, respetuoso y democrático. Espero que los que libren Zapatero y Rajoy se mantengan en este nivel de respeto. Pero la campaña en su conjunto me parece cainita, tabernaria, generosa con el dinero de todos, despreciativa hacia el otro, envuelta en un lenguaje obtuso. Esa práctica que se arrastra desde 2004 me hace pensar que hay vida fuera de la política y, además, vida inteligente.
"cuando te escuche vi realmente a un político
no a un mensajero de amor mas bien a un cínico
entiendo tu ansiedad pero se mas autocrítico
tu talento como artista es mas que minimo
tenes una visión de vida un poco borrosa
no seas ladrón dedicate a otra cosa
solamente como un loro todo repetis
no entendes un pomo pero igual lo batís "
Es una aprte de la canción de los cafres "deja de señalar" enteramente aplicable al discruso político de los candidatos que no hacen más que retrucarse con numeros y datos, parece que lo único que tienen en mente es ( que buenos negocios me voy a hacer desde el poder) pareciera que ademas de pensar en eso no piensan en soluciones a los problemas más urgentes como bien dijo anonimo los asesores o justificaron sus sueldos exórbitantes con este debate más bien mediocre y al igual que ///ENRIC/// les falta algo de artistas una cierta capacidad de ilusionar a la gente aunque más no sea con un "Sí , podemos" y esos dicen se dicen ser los mejores para conducir él destino de España los veo mal.
Yo fui a un concierto de rock , muy divertido , no pienso votar .
///ENRIC///
Me aburrí, me aburrí mucho, me aburrí tanto viendo el debate que pensaba que no era de mi país de quien estaban hablando los dos candidatos. Tiene que haber gente capaz de ilusionarnos o esto se hunde.
Me asombra , al igual que mis cibercontertulios, que varios cronistas de este diario y de otros hablen de un debate de nivel. Parecía esas finales de liga de camepones entre la Juve y el Milán en que se llega a los penalties 0 a 0 y en la tanda todos fallan. No hubo chispa ni épica ni ilusión ni oratoria. Un debate entre un "bufanúvols", Rodríguez Z., y un encargado de una funeraria, Rajoy. Ni se habló de urbanismo, ni de burbuja inmobiliaria ni de la UE ni del papel en el Mediterráneo ni de política exterior en serio. Además, tantas referencias a que hay que hablar idiomas, qué idiomas peninsulars y no peninsulares hablan estos mediocres? quién ganó? Qué risa!
Creo que la diferencía más grande entre los debates ahí y aquí, es que aquí se hablan de cosas sociales. Eso es un tabú en EEUU.
Los asesores tienen que justificar sus altos sueldos y no parece que lo hayan hecho con este debate, no he visto una sola idea, ni nueva ni vieja, ni una idea, lamentable, a mi también se me fundieron los plomos, no llegué al final.
Un saludo.J.Vilá.-
Sr Foix:Imagino que tendrán sus razones,pero el servilismo de la TV ante el papanatismo de los asesores de campaña me parece inaudito.Un saludo
Lluís; comparto y confirmo la opinión de mis dos compañeros.
El comentario de Bartolomé no puede ser más gráfico. Yo, que no aguanté hasta el final, constaté dos cosas: la mediocridad de ambos líderes y la vergüenza de llamar "debate" a esa mascarada.
Sr.Foix: Me resisto a pensar que no hay más cera que la que arde en nuestra política, pero ayer le aseguro que se me fundieron los plomos viendo el debate.