Recuerdo la sensación que tenía hace años cuando, de paso por Barcelona, me preguntaban mi valoración sobre la política británica, sobre Wilson o Thatcher, o sobre los Estados Unidos de Reagan.
No podía profundizar mucho en la explicación porque inmediatamente me largaban su explicación, con teorías de cosecha propia incluídas, sobre algo que yo conocía mejor que ellos. No es que fueran preguntas trampa sino una costumbre atávica generalizada entre nosotros de opinar discrecionalmente ante quien objetivamente sabe más que nosotros.
Supongo que lo mismo pensarían John Mercurio, un periodista que dirige un diario digital en Washington y Barry Rabe, Profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan, en una amable y distendida cena después de que los dos americanos pronunciaran sendas conferencias en Barcelona. Ya en el aperitivo entramos en discusión sobre si el candidato demócrata sería Obama o Clinton.
No les dimos muchas oportunidades porque hablamos más y con más contundencia que los que siguen día a día y desde hace meses el proceso electoral norteamericano desde observatorios privilegiados. A pesar de todo, coincidimos en que hacer predicciones sobre el futuro es siempre muy arriesgado. Hay dos grandes incógnitas. La primera es quién ganará la Convención Demócrata y la segunda es quién será el vencedor en noviembre en caso de que McCain sea el candidato republicano.
Las primarias del próximo martes en Ohio y Texas pueden mantener las esperanzas de la senadora Clinton o bien confirmar la imparable y lúcida marcha hacia la Convención del senador Obama. Lo políticamente correcto en Europa es que el próximo presidente será demócrata y, además, que será Obama. Se echa en cara al senador por Illinois de practicar una retórica hueca aunque se admite que es un orador más brillante que Kennedy. Pero el entusiasmo que levanta, los deseos de cambio con la “audacia de la esperanza” o con el “sí, podemos”, superan al “más de lo mismo” que puede representar la dinastía de los Clinton. Los demócratas tienen una gran habilidad para organizar brillantemente las derrotas, dijo uno de los invitados.
Las cuestiones de género y de raza no parecen ser prioritarias en el debate y la foto de Obama cubierto con un turbán en una visita a la Kenia de sus ancestros, no ha frenado su popularidad en las encuestas. Pero la gran prueba será cuando la elección sea entre un McCain, héroe de guerra, republicano centrado, muy bien valorado por los periodistas y una mujer o un negro. Shirley Chisholm fue candidata presidencial en 1972. Dijo entonces que “hay más sexistas que racistas en América. Encontré más discriminación por ser mujer que por ser negra”.
Personalmente, aunque nadie me pedirá el voto, me gustaría que el próximo presidente fuera demócrata y me es igual que sea una mujer o un negro. Estados Unidos han de corregir las graves equivocaciones cometidas por el presidente Bush y recuperar la capacidad de persuasión en el mundo que les ha convertido en la primera potencia.
Han de utilizar la fuerza con más inteligencia, han de saber que no están solos a la hora de tomar decisiones y recurrir a su gran masa crítica de inteligencia para dejar de resolver sólo con las armas los conflictos en tierras lejanas.
Obama transmite una imagen Cristiana de Familia Sólida y Tolerancia que le hace falta a EEUU
Simpatizo con él pero Clinton tiene una adhesión impresionante que no merece ser subestimada en Fin sigue en carrera.
Creo que las opiniones son mero entretenimiento , para tener una opinioon seria de algo hay que ser profesional y estudioso del tema , lo peor es si te tomas tus propias opiniones demasiado en serio .
Condolice Rice es mujer y es negra
Lluís, la sociedad norteamericana no está preparada para tener unos candidatos tan opuestos y distintos unos de otros.
Sr.Foix: Lo que está claro es que estos tres candidatos son el trio más distinto que se ha presentado a la presidencia de la Casa Blanca en su historia.
Me corrijo a mí mismo porque acabo de leer en la web de un periódico que: "ayer el diario New York Times aseguraba, según una encuesta realizada conjuntamente con la cadena CBS, que Obama tiene más posibilidades que su rival (59% frente al 28%) de imponerse sobre el republicano John McCain"
Espero que eso de opinar frente a alguien que sabe más que nosotros del tema no invalide nuestros comentarios 🙂
A mí también me gustaría que el próximo presidente fuera un demócrata, pero mi miedo, como el de millones de simpatizantes de la causa demócrata -me atrevo a presumir- es que Obama se imponga a Clinton para luego perder frente a McCain. Miedo que parte de la -seguramente infundada y nunca demostrable presunción- de que Clinton ganaría a McCain.