No me atrevía a recomendar el libro de Barack Obama, La Audacia de la Esperanza (Península), porque no pensaba que el senador por Illinois llegara tan lejos y pudiera convertirse en el candidato demócrata para disputar la presidencia al republicano John McCain en el mes de noviembre. Ahora se lo recomiendo porque será Obama, un negro, quien puede protagonizar el cambio de partido y de ideas en Washington.
Lo tiene difícil por su raza, por la novedad de su discurso y porque los norteamericanos suelen entregar la presidencia en tiempos de guerra a un pragmático antes que a un idealista.
Franklin Delano Roosevelt ganó en 1932 y repitió la victoria en todas las elecciones hasta las de 1944 cuando la guerra estaba prácticamente ganada y su salud muy deteriorada. Richard Nixon fue reelegido en 1972 cuando la guerra de Vietnam se estaba perdiendo en las junglas de Indochina y la opinión pública americana pedía el fin inmediato de aquel conflicto que acabó en una ignominiosa retirada de las tropas dejando en la estacada al frágil y corrupto régimen de Saigón. También en 2004, George Bush fue reelegido a pesar de ser el principal causante de una guerra cuya causa más importante fue una gran mentira.
Aunque John McCain evite todas las comparaciones con Bush y prometa vagamente la retirada de Iraq en un tiempo prudencial, es el candidato republicano que sabe lo que es la guerra por haber pasado cinco años como prisionero en Hanoi y ser considerado un héroe de guerra.
Esto es lo que dicen y escriben quienes no acaban de creerse que un negro, liberal y progresista a la americana, sin experiencia en la milicia, pueda convertirse en el próximo presidente de un país que dirige la crisis global y que su hegemonía militar no le permite proclamar la victoria ni en Iraq ni en Afganistán. Es conocida la afirmación de Madeleine Albright, ex secretaria de Estado con Bill Clinton, de que Estados Unidos quizás había llegado a ser un país prescindible ante el auge de las potencias asiáticas.
Cuando su designación como candidato demócrata está prácticamente asegurada con su victoria en Oregon, Obama regresó a Iowa donde empezó la campaña la primera semana de enero. Se dirigió en términos generosos a Hillary Clinton diciendo que había derribado mitos, roto barreras y cambiado una América en la que mis hijas y sus hijas podrán ser ya mayores de edad. Se refería a su condición de mujer. Pero la senadora por Nueva York no arroja la toalla, quizás porque no quiere convertirse en la candidata a vicepresidenta de su adversario.
El debate estará entre en el realismo de McCain y la esperanza de Obama, “la audacia de la esperanza, el mayor regalo que Dios puede darnos, el cimiento de esta nación. Creer en aquello que no se ve. Creer que nos espera un futuro mejor».
Nunca escribi nada en la red, ni siquiera estoy segura de entender que es un blog, pero la sensacion de asfixia al no poder expresar la impotencia de sentirme presa de la prensa de mi pais me impulsa a esta travesia. En Argentina nos domina el poder del grupo clarin, nos informan lo que ellos quieren que se sepa y segun su tinte politico, con el triste comentario de los que hoy le sirven a esa gorgona, entonces se apuntan ante una camara y disparan opiniones sin mas fundamento que el mandato o desde un desconocimiento rayano en lo risible. Siento la angustia de no poder expresar la necesidad de una prensa racional, unida en la busqueda de una sociedad que racionalmente plantee sus desafios, sin apelar al fundamentalismo y a los miedos, agitando fantasmas como estandartes de uso intercambiable segun quepa en el tema de turno. Entonces se agolpan ante las camaras, en un patetico desfile, politicos que invocan desde la cruz y la iluminacion hasta los que se creen representantes del sentir popular. Cómo construir una sociedad que racionalmente encare sus conflictos si desde el dominio monopolizado del poder de la prensa se agita el odio, el resentimiento y la division?, donde estuvieron durante la historia mas triste de nuestro pais?. Este cambalache es tan prolifico que hasta podemos ver ante nuestros propios ojos cómo ciertos ex candidatos a presidente que antes se ubicaban en el arco politico a la izquierda hoy defienden acerrimamente los planteos mas retrogrados de la derecha, porque la oposicion debe ser oposicion sin mas, sin propuestas, solo apelando al temor en una sociedad, en la que me incluyo, bastante timorata y oportunista. En la esperanza de que cause revuelo, pero un revuelo de pensamientos, no de resentimientos, le agradezco su espacio
///ENRIC///
Obama puede ser presidente y eso es bueno para la democracia americana, necesitan un cambio y aire fresco, otras formas de gobernar.
Lluís, Estados Unidos necesita tener un presidente negro.
La verdad es que no me esperaba que Obama ganara a Hillary, me ha sorprendido, leo ahora que puede ganar al candidato republicano, todavía me sorprendo más.
Un saludo,J.Vilá.
Negro, liberal, progresista a la americana… pero invocando a Dios con una devoción que en Europa veríamos casi como fanatismo. Seguramente el americano medio está preparado para tener un presidente negro, o una mujer presidenta, pero, ¿se imaginan a un candidato a presidente que se declarara agnóstico?.
Sr.Foix: Ya conoce Vd que Obama es mi candidato desde el primer día, a MacCain sólo le puede ayudar un agravamiento bélico de la situación internacional.