No voy a hacer un alegato contra el decreto de sequía, anunciado por el conseller Baltasar y publicado oficialmente el 15 de mayo, modificando otro decreto de sequía del 3 de abril de 2007.
Tampoco pretendo recrearme en la enigmática, jeroglífica y pésima gestión que ha hecho el honorable conseller sobre la plaga desertizadora, apocalíptica, que se cernía sobre el área metropolitana de Barcelona a la vuelta de las vacaciones de verano.
Sí que quiero señalar es el efecto talismán de Baltasar cada vez que entrega a la firma presidencial un decreto sobre sequía. He buscado en la hemeroteca de este diario y el día después del anuncio de la primera sequía de su mandato, el 4 de abril de 2007, llovió abundantemente en todo el país estropeando las vacaciones de Semana Santa de muchos catalanes.
Es cierto que el resto del año llovió muy poco o casi nada. Pero ha bastado que Baltasar hiciera oficial su segundo decreto de sequía, el del 15 de mayo pasado, para que los cielos se abrieran y las aguas cayeran tranquila o torrenciamente durante varios días, los ríos bajaran terrosos, se levantaran compuertas de pantanos como el de Oliana, la agricultura no tendrá problemas de agua en muchos meses, incluso los raquíticos campos de trigo y cebada están espigando y pueden merecer un paso de cosechadora e finales de junio o principios de julio.
El agua hace milagros, se ha dicho siempre en el mundo rural. Pero el sábado les comentaba yo a mis tertulianos habituales de Rocafort que el auténtico milagrero es el conseller Baltasar que combina las peticiones a la virgen negra de Montserrat con decretos que, nada más publicarse, desatan lluvias generales en todo el territorio.
Un gran éxito. Pido a Montilla que lo mantenga en su cargo y que en la próxima sequía prepare la modificación del decreto vigente y que el país no se preocupe de nada más porque lo más probable es que provoque la lluvia.
Paradójicamente, Baltasar gestiona mejor la verticalidad que la horizontalidad. Propongo crear una conselleria paralela de Medi Ambient Horizontal, que se ocupe de cómo gestionar los problemas del agua, mucha o poca, que ya circula y fluye sobre la tierra y dejar para Baltasar la cartera de Medi Ambient Vertical que se encargue básicamente de que llueva, bien a través de rogativas o de decretos de urgencia firmados por el president.
Molt bo, Lluís 🙂
Cal ser, però, una mica recargolat per anar a mirar l'hemeroteca buscant aquestes coses.
Gran article, as usual.
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Tampoco tengo palabras para este milagro de la lluvia anunciado por Foix.
Es un mérito más que notable…
Saludos,
Diego
Fantastic
Lluís, Baltasar es un filón, que no pare de hacer decretos.
Sr.Foix: Si a cada decreto de trasvase del Conseller Baltasar le ha correspondido una borrasca de lluvias, tengo que reconocer que lo que no logró Franco con sus decretos y el brazo incorrupto de Santa Teresa, lo ha conseguido el conseller con los suyos y su advocación a la Moreneta…¡No tinc paraules!.
"Saps que sóc agnòstic, però si pots fer alguna cosa, fes-ho". -Francesc Baltasar-
¿Puede alguien imaginarse una demostración más genuina de pactismo catalán?. Nada de venderse el alma al diablo a cambio de expectativas inciertas: "tu mira de fer-hi alguna cosa, i (segons com vagi la cosa) després ja ho trovarem". Hay que saber nadar y guardar la ropa.
Y hablando de talismanes, Sr. Foix, no sea usted tan modesto, que le oí pronosticar la lluvia de forma rotunda cuando nadie creía en ella.