Tzevetan Todorov ha ganado el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Es un lingüista, historiador y filósofo, un gran comunicador de ideas de fondo, un personaje que nació en Sofía, Bulgaria, en 1939, y que lleva más de una generación viviendo en París.
Ha influido en el pensamiento moderno como lo han podido hacer Isaiah Berlin, Hannah Arendt, Eric Hobsbawm, George Steiner, Claudio Magris, Zygmunt Bauman o Raymond Aron. Me han interesado y he leído profusamente a todos estos autores que saben historia, han leído mucho y tienen convicciones que se pueden o no se pueden compartir. Pero son figuras que tienen cosas que decir, las dicen, y al cabo de un tiempo sus ideas van penetrando en el pensamiento actual.
Me impresionó el primer libro que leí de Todorov, Memoria del mal, Tentación del bien, un tratado sobre el mal causado por los totalitarismos pero también las desgracias provocadas por quienes, en nombre del bien, han hecho mucho daño. Todorov asegura que la democracia no produce los mismos efectos que el totalitarismo, pero los niños muertos no hacen diferencia alguna entre bombas totalitarias y bombas humanitarias, atómicas o convencionales, que al parecer debían salvar numerosas vidas e instalar el reinado de la justicia y de la moral.
He leído varias declaraciones de Todorov a raíz de su galardón. Sospechaba que hablaría de Europa y que, como autor de su libro El miedo a los bárbaros, mencionaría la reciente votación en el Parlamento Europeo sobre las medidas en contra de los inmigrantes ilegales.
Dice Todorov que el miedo a los que creemos bárbaros nos está convirtiendo en bárbaros a los europeos. Que un detenido sin papeles se convierta en un delincuente que puede ser internado durante 18 meses, es una medida que va en contra de la misma esencia de la Europa democrática.
Los socialistas españoles, con la excepcíón de Obiols y Borrell, votaron con los conservadores esta directiva que permite perseguir e internar a cientos de miles de inmigrantes sin papeles. La caza al inmigrante, aprobada por los gobiernos y por el Parlamento Europeo, es un retroceso en el plano de los grandes principios políticos y morales que subyacen en la existencia de Europa.
Todorov defiende la racionalidad humanista, tanto si es vulnerada por la derecha como por la izquierda.
Manda webs que ahora votemos con el PP en Europa contra la inmigración, es lo último.
Josep Riera/Barna.
Sr. Foix:
Tiene usted razón. Si Europa no sabe integrar y aceptar el reto de la inmigración ¿Cómo va a poder influir en la política mundial? Es necesario un esfuerzo para el que no parecemos preparados.
Con algo de retraso me uno a la felicitación a Foix por su santo, menos mal de la buena memoria de Africa que está siempre en todo.
Un saludo,J.Vilá.
Sr Foix: En el fondo, no somos todos immigrantes? Si en esta Tierra estamos sólo de paso, qué derecho tenemos sobre cualquier territorio?. No sabemos de dónde venimos ni hacia dónde vamos.Cuánta razón Bartolomé! Un saludo.
Lluís, en nombre de la democracia se cometen muchos abusos.
Sr.Foix: Fueron los inmigrantes españoles en Europa quienes a su vuelta fortalecieron los movimientos de los sindicatos obreros y contribuyeron a la lucha por los derechos de los trabajadores, tan olvidados entonces. Parece que tenemos la memoria flaca y que no sabemos de dónde venimos, pero lo más triste es que, visto lo visto,no sabemos ni hacia dónde vamos…