La excelencia vuela empujada por los vientos. Las grandes aventuras victorianas por tierras ignotas pasaban largas temporadas de tedio, incertidumbre, sudores y miedos. Lo importante era enviar un telegrama dando cuenta de que habían conquistado un territorio, atravesado un río o superado enemigos que parecían invencibles. Cuando el Barça no juega fino pero gana surge…