Ahora resulta que hemos vivido bajo el ojo del Gran Hermano orwelliano. Políticos que se espían entre sí, tanto si son adversarios como compañeros de viaje, micrófonos instalados en reservados de restaurantes de postín, pinchazos telefónicos y otras formas para obtener información personal, íntima, de los demás. ‘La vida de los otros’, aquella reveladora política…