Disraeli habría disfrutado hoy al ver cómo la mística del imperialismo británico subía aguas arriba del Támesis. Un barco real abría la comitiva con los más relevantes miembros de la familia. Qué esplendor, qué sombreros, qué parafernalia para celebrar las bodas de Diamante de la reina Isabel II. Sesenta años en el trono desde aquel…